El presumido
Siempre me has caído rematadamente mal, Arturo Mas, alias el presumido. El expresidente catalán le lanza este dardo a Oriol Junqueras y al resto de la banda encarcelada: "Yo no acataría el 155" (para pedir su libertad provisional ante el juez del Tribunal Supremo). Desde el burladero se ven divinamente los toros, por ello, conservas tu escaño en la Cámara autonómica, que te permite seguir aforado por los casos de corrupción ante la Justicia. Tu imputación deberá resolverse siempre en primera instancia en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), donde encontrarás un ambiente menos hostil que en la Audiencia Nacional o el Tribunal Supremo. Además, estás imputado por organizar el referéndum ilegal de independencia del 9N. No me van nada los listos como tú, Arturo. Eres el primero en mearte por la pata abajo. Junio de 2011, ¿recuerdas cuando decidiste evitar las protestas de los "indignados", concentrados a las puertas de la cámara catalana, accediendo al recinto en helicóptero de los Mossos d'Esquadra?, ¿entonces, de qué te chuleas?
Con el asunto independentista catalán me están creciendo más púas que al erizo Espinete, personaje televisivo y protagonista principal de la versión española de Barrio Sésamo. ¿Habrá que ver, permanentemente, la programación infantil televisiva, que es donde aparentemente impera la sensatez y el sentido común? Intelectuales, políticos y escritores firman un manifiesto "por la ruptura con el régimen del 78". Que si "la Constitución atenaza derechos y libertades"; que si con la crisis catalana, que califica de "enfrentamiento entre los pueblos", se intenta invisibilizar los casos de corrupción, tanto del PP como del PSOE. Además, hacen referencia a la "brutal represión" que se manifestó "de forma salvaje" el 1-O, para después "arrasar con sus instituciones, encarcelando a sus dirigentes y a la mayor parte del Govern de la Generalitat". Que si el derecho de autodeterminación de los pueblos; que si la plena garantía de derechos sociales y laborales, etc. El texto, óiganme ustedes, no tiene desperdicio. No voy a perder mi tiempo, que dicen que es oro, en intentar entender o analizar nada de lo que dice. Para qué. Mezclan churras con merinas: corrupción, derechos y libertades, autodeterminación, derechos sociales y laborales. ¿Dónde vieron ellos la salvaje y brutal represión, para después arrasar con las instituciones catalanas?, me pregunto.
El que no llora no mama. El pataleo independentista catalán, encabezado por el fugado, ocioso y burgués Puigdemont, por fin ha dado sus frutos. El gobierno de España destina 60 millones a Catalunya antes de los comicios. Poderoso caballero es don dinero, que dice el dicho popular, ya que acalla los más altos ideales. El establecimiento de tres estrellas (Hotel Chambord), de 60 la noche, donde se aloja Puigdemont en Bruselas, puede que no sea de los más caros, incluso dicen que es sucio, que no está a la altura de un prófugo de tan alto pedigrí, pero para mí es de los mejores, porque me he alojado en sitios mucho peores. Mientras, Cataluña continúa con la "estrategia de catalanización" que el president Jordi Pujol encargó a un grupo de intelectuales en los años 90, "Relato del independentismo", que sitúa a España como eje de todos los males para los catalanes.
Estamos tan distraídos con el espectáculo mediático del chico yeyé, que nos hemos olvidado de lo esencial, de cuánto dinero disponemos los españoles en nuestros bolsillos para el año que viene. España "is different", dicen de nosotros los veraneantes extranjeros, somos alegres y muy dicharacheros, pero la hucha de las pensiones, que siempre asoma su ranura, por donde se cuelan las monedas, después de la resaca, únicamente tiene dinero para una paga más. Disfrutemos pues esta Navidad del turrón, regado con sidra "El Gaitero", que el que viene Dios dirá. Además siempre podemos acercarnos a ver la maqueta del "Titanic" hasta el Náutico. Mientras, Puigdemont no pierde el tiempo y ya hace campaña por videoconferencia para el 21-D, en "plasma", que no en blanco y negro, como los antiguos dictadores, se ha dirigido el plasta a sus posibles electores.
Luis Ángel Gil Urbón, Gijón
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