Dominar los pensamientos
Siempre he querido escribir. Ser escritor. O sea, escribir y que las editoriales se mataran por publicar lo que escribiera. A los catorce escribí mi primera novela, que, naturalmente, no me publicaron, de lo contrario no estaría escribiendo en este momento con la misma intención que lo hago. Debió de ser en mi época de Corín Tellado... O de Alf Manz, no estoy seguro. Es que nunca he podido alternar con los géneros. Oye, qué curioso, lo mismo con el yantar, o carne o pescado, los dos platos en la misma comida no me van.
Buf, es tremendo. Tengo que hacer un esfuerzo notable para, más o menos, seguir la misma línea. Iba a decir que leía por géneros. Comencé, con las novelas, dejé atrás los tebeos, sobre los siete años. Primero fueron del Oeste, después policíacas y después rosa. Y fue en este periodo rosa cuando escribí una novela de amor con intriga policiaca. Bueno, pues... jo, fue algo así como en el año... ¡Coño! Tengo el diploma con la fecha exacta, 8-12-1984. Sí señor. Fue un concurso de poesía que gané. Y ya voy a decir por qué se me vino a la memoria.
Creo, seguro ya lo estoy de muy pocas cosas, que este diario me ha publicado una cartita, hay tantas que no me publica, en la que yo hablaba del Profesor T, es que me encanta, y en el capítulo de ayer, hubo un detalle que me dejó un tanto perplejo. La psiquiatra que lo atiende le preguntó si controlaba sus pensamientos, y él le contestó, con total rotundidad, que sí. Yo me quede, así, con la boca abierta. No me lo puedo creer. Oye, qué sé yo estos majaretas que se sientan en lo alto de una montaña enrollados en una sábana a retumbarse con un "om" inquebrantable, pero vamos, el personal de a pie... Que no, eso de dominar los pensamientos, naranjas de la china. Y qué tiene todo esto que ver con lo de mi concurso de poesía. Mira que me enrollo, eh. Ok, ya lo digo. Unos de los versos que escribí:" Vigilia agotadora sumida en vano empeño, pues nada más lejano que ser mi propio dueño".
Eso mismo. Pues hoy, todos los días, pero hoy aún más exacerbados, más que pensamientos, las creaciones de mi cerebro son alaridos de rabia. Como no puede ser de otra manera. La rabia, en general, digo, aunque en este momento no me refiero a la vírica, como todo, tiene una causa que la provoca, y cuando el individuo no puede desahogarse luchando contra la causa, tiene que calársela por cataplines, entonces la rabia se convierte en lo que, en estos momentos, sufro yo.
Me resulta increíble e inaceptable, y me lo tengo que creer y aceptar, lo que está sucediendo con el separatismo catalán. Ahí están eso tíos, ciscándose en España, en la Constitución, y en la ley escrita y la no escrita. Y el Gobierno no sólo consintiendo, sino brindándoles, apoyándoles con todas las armas divulgativas, determinantes, a su disposición, la oportunidad, con más posibilidades de convertirse en realidad, de convertirse en un gobierno autonómico, cuya intención todo el mundo conoce porque nadie oculta. Porque nadie necesita ocultarlo.- Voy a descuartizarte.- Está bien, toma el machete y haz calentamiento mientras me ato de pies y manos.
¡Aggg! No puede ser. Como, al contrario que el Profesor T, yo no puedo dominar mis pensamientos, estos me están haciendo vivir una realidad paralela.
Marino Iglesias Pidal, Gijón
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