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Juventud sin empaque y personalidad

11 de Diciembre del 2017 - José Viñas García (Oviedo)

España necesita niños, para ello, los padres por si solos no pueden afrontar en los tiempos que corren esa necesidad perentoria de potenciar la natalidad ¿Qué haremos mal todos para que nuestros hijos a los 40 años con su familia e hijos estén dependiendo de sus padres y abuelos para subsistir? Tenía que darnos vergüenza.

Padres, profesores, empresarios, sindicatos, políticos y gobiernos; entre todos hemos creado la generación más intrascendente, dependiente y degradada jamás vista hasta nuestros días.

Los poderes públicos tienen mucho que ver en estas generaciones inutilizadas y anuladas sin presente y sin futuro. Fallamos todos, pero los poderes públicos que son quienes tienen los medios para facilitar la educación, preparación y el camino para integrarse en el mercado laboral sin ser explotados, son los verdaderos culpables. Nuestros políticos solo se sirven a sí mismos, nada les importa; lo vemos con el tema Independentista Catalán, donde llevamos meses y años pendientes solo de los caprichos de unos impresentables que les da por entretener al personal, cuando debieran emplear todo el tiempo y más, en salvar las dificultades que nuestros jóvenes tienen para ganarse la vida decentemente.

No sólo eso, en vez del DIU y el 155 (que ya cansa) debieran aplicar los jueces la 'cadena perpetua' pena de prisión por reiterativos, por cansinos, por sinvergüenzas, por hacernos perder el tiempo a todos en majaderías. Mientras, los jóvenes, parados, enfermos, pensionistas, viudas, trabajadores y autónomos se las ven y desean para seguir sobrellevando tanta dejadez e inutilidad de todos nuestros políticos.

No ven que ustedes se presentaron y están para servir y dar apoyo inexcusable a familias y ciudadanos. Tenemos que pagarles el sueldo y las múltiples prebendas y además de ello, olvidan su cometido entreteniéndonos a todos.

Nuestros jóvenes, educados en la comodidad más perezosa, tampoco sacan el genio, están a la sombra de sus papás. La juventud es rebeldía y ganas de comerse el mundo, pero los moldeamos apocados y entregados a un destino oscuro con una vagancia que supera la cualquier ilusión y esperanza de verlos algún día enfrentarse a los carcamales apoltronados para ser ellos los que marquen las pautas de su porvenir. Tienen miedo al fracaso, miedo a la represión, miedo a reemplazar a quienes les arrinconan. Incapaces de elevar el nivel intelectual de nadie. Son generaciones perdidas, desperdiciadas y por supuesto cargadas de culpa de todos, que no supimos educarles, apoyarles y darles la iniciativa para suplir a quienes se aferran al cargo como lapas, más allá de la muerte.

Sólo ustedes, los jóvenes, serán quienes forjen y mejoren el destino de su mediocridad actual. Las perspectivas hacen dudar de que ustedes puedan por si mismos regenerar nada, la prueba la tenemos en Podemos, donde algunos pensábamos que ahí estaría el cambio para que ustedes demostraran algo más que ser unos niños mal criados ¡pero no! un fracaso estrepitoso, nada de seriedad, ambigüedad a raudales, solo tonterías, niñerías, e igual que llegaron se disolverán. Muchas personas mayores les apoyamos con la esperanza de que estuvieran preparados para coger las riendas de la gestión, el poder político y económico; reemplazar a estos apoltronados y caducos políticos ¡pero no! Por eso los apoltronados abusan de estas generaciones de medio pelo, de lo contrario, cómo es ley de vida, ya debieran haberlos sustituido en todos los cargos. Tienen que reconocer que les falta empaque y personalidad, que cuando hablen sean respetados y respetar para merecer serlo.

Entraron en el hemiciclo el primer día cómo perfectos gañanes, cómo "hippies" del siglo XXI, desentonando, copiando lo peor del pasado y con una especie de rebeldía de patio de colegio. ¿Qué pretendían con esas formas de escaparate mediático? Miren que en un principio les defendí, todos tienen derecho a una primera vez, y luego ir aprendiendo. Pero aquellos sillones usados de percha, donde abrigos y mochilas conformaban en vez de un hemiciclo serio, un mercadillo barato. Un cirujano se viste para la ocasión, un policía lo mismo, el bombero traje apropiado, los políticos pueden vestir como quieran, pero en las formas y formalidades está el respeto y hacerse respetar. Ustedes entraron cómo si fuera el cuarto de su casa, donde su mamá va detrás a colocarlo todo, allí empezó su declive, antes de empezar ya demostraron que debían de irse.

Mientras, los jóvenes no tienen un empleo digno, los pensionistas una pensión decente, que además deben repartir entre sus hijos y nietos, los dependientes y mayores sin apoyos necesarios, las familias pasando frío y a oscuras por no poder pagar luz, etc... mientras todo eso pasa, ustedes siguen a los suyo: perdiendo el tiempo.

José Viñas García, Villamiana (Oviedo)

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