Hace falta política
El1 de diciembre leí con agrado un artículo de don Jesús Arango que no tiene desperdicio alguno, ya que estamos viendo y viviendo cómo la despoblación rural avanza a pasos agigantados, por lo que hay que tomar decisiones rápidamente.
Hacen falta vías de comunicación que no tarden cinco o más años en empezar a ejecutarse; presupuestos, proyectos, licitaciones, impacto ambiental, etcétera, etcétera, todos estos pasos son necesarios, ¿pero sería tan difícil aligerarlos? Llevamos casi tres años peleando por el arreglo de la carretera AS-219 en el tramo Naraval-Navelgas y todavía (como mínimo) faltarán otros dos, para 4 kilómetros de un total de 24 que darían salida a la autovía de la costa. La regla de tres es simple.
Parece mentira, con la revolución política en la que estamos inmersos, que sigan con su política de prometer y prometer cuando, a la hora de la verdad, sigue prevaleciendo la disputa de colores. Si todos piensan lo mismo, deberíamos tirar todos en el mismo sentido: será la única manera, o al menos la más sencilla de llegar a buen puerto. Como dice don Jesús, hace falta política.
Estamos en la época de la comunicación global, del internet de las cosas y en el mundo rural o no llega, o llega en malas condiciones. Nos hablan de fijar población y muchos se plantean generar empleos; pero ¿cómo podemos imaginar crear una empresa en este medio y sin estos medios? Ya hace más de un año que se empezaron los trámites para instalar 4G en Naraval y otros pueblos rurales. Todavía no lo tenemos, entre el problema para poner de acuerdo al Ayuntamiento con las empresas de telefonía, ahora la pelota está en el tejado de la compañía eléctrica, que no termina de adjudicar la obra de reelectrificación. Si tardan un poco más, para muchos llegará tarde y ya se habrán marchado a otro lugar donde sea más fácil comunicarse.
Hace un año aproximadamente, escribí una carta a este medio (certificado digital) manifestando mi malestar por no tener una conexión a internet decente, cuando ya la mayoría de organismos oficiales te exigen certificados digitales, correos electrónicos, etcétera. En definitiva, estar conectados a la red. Predicar en el desierto, agradecer a Xuan Xosé Sánchez Vicente su mención posterior en un artículo de este periódico. Seguimos reivindicando que debemos tener un acceso a la banda ancha en condiciones, con precios similares a las zonas urbanas para poder exigir lo mismo a todos. Recordamos que en el mundo rural se pagan los mismos impuestos que en las urbes.
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