Un Mieres para pagar
Hace unos días leía en este diario una crónica del vicealcalde de Mieres y en realidad, con toda sinceridad y viviendo aquí, en Mieres, no sé de qué lugar, de qué ciudad hablaba, no entendía nada según lo leía. Con toda claridad dice que hace cuatro años que están congelando impuestos y yo me pregunto: “¿A quién congelan los impuestos?”.
En mi caso, tengo un piso de ochenta metros y el IBI de este año 2017 tuvo una subida de 17 euros; y desde que esta Corporación liderada por IU está gobernando (seis años), mi recibo anual ha subido unos 80 euros, aproximadamente.
Con la cochera pasa exactamente lo mismo: tuvo una importante subida; y si hablamos de los pueblos, pues igual, es decir: todos los impuestos al alza (IBI, agua, basura, voladizos, etcétera). En cambio, los servicios son totalmente deficitarios. Y no lo digo yo, sino que están para ver y sólo fijándome en la limpieza: los pueblos, sucios; Mieres, más sucio que nunca. Una vergüenza y un asco pasear por las calles de esta villa, opinión generalizada.
Por otra parte, ya está bien de hablar de la herencia, será cierto, eso no lo discuto. Pero, alcalde y vicealcalde, están en su segunda legislatura y ya está bien de usar este soniquete; seis años pagando deuda, pienso que estará pagada y requetepagada porque sólo se ocupan de recaudar, subida de impuestos al ciudadano, más recaudación y gastos mínimos. Inversiones por el bien del contribuyente, ninguna.
Aquí no se congela nada, ni el censo, que cada día es más pequeño. Todo aquel que puede se va a otras ciudades más limpias, más seguras y más baratas de esta región.
Y yo me pregunto: ¿un Mieres para vivir? No, señores, no. Esto y ahora es un “Mieres para pagar y pagar”.
IBI, año 2011, 266,96 euros; 2012, 305,53 euros; 2013, 305,53 euros; 2014, 295,05 euros; 2015, 312,35 euros; 2016, 329,65 euros; 2017, 346,95 euros.
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