Otra oportunidad perdida
Los premios Goya se presentan cada año como un excelente escaparate que permite ciertas reivindicaciones necesarias en la sociedad española. Hay dos que me parecen destacables: la pluralidad lingüística y el papel de la mujer en el cine.
Este año parece que la primera ha sido escuchada: de entre las cinco nominadas a "Mejor Película" encontramos un film en lengua catalana, otro en euskera, otro en inglés y el resto en español. Se tiene en cuenta la diversidad, la riqueza y el talento de las diferentes comunidades y, en cierto modo, se alejan los fantasmas del centralismo.
Mucho más grave me parece la segunda reivindicación, y es que este año, más que nunca (empujados por el caso Weinstein), tendríamos que haber dado visibilidad al trabajo realizado por las mujeres en el ámbito cinematográfico. Sin embargo, los datos siguen siendo ferozmente pesimistas: sólo un 26,8% de las nominaciones a los Goya van dirigidas a las mujeres. Los casos de Carla Simón y Isabel Coixet son verdaderos rara avis en el conjunto. Es por eso que tenemos que continuar luchando por la igualdad de oportunidades y reconocimientos, tanto en el ámbito del cine como en el resto de ámbitos sociales y profesionales. Si no es así, seguiremos teniendo la sensación que nos encontramos frente a otra oportunidad perdida.
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