Sentido común alguno
Que el ser debido por parte de uno conlleva grandes exigencias que debe establecerse o imponerse la misma persona. Y que responder uno a quien es ella misma y lo que debe ser le haría contradecir en ocasiones lo que debería estar establecido para cada uno o para otros. Que debe obedecer todo a una dignidad, a una honradez y un mínimo de humanidad para tratar con los demás y una buena convivencia. Si no nos haría contradecir asuntos tan serios que por muy extendidos que estén no dejan de ser igual de preocupantes y resultar de lo peor. Como todo aquello que suponga acabar con alguien o con algo sin razón alguna. Y cuyos precursores y defensores de tales causas y semejantes motivos. No dejan de ser un problema de los más serios, que no dejan de suponer determinada gente, que atribuyen a la vida una negación de cuanto somos o pudiéramos ser. Debiendo erradicarse conductas tan indebidas y tomarse medidas, para este tipo de personas que tanto deben entender de todo y de todos. Y hacerles responsables por irresponsables que sean de todo lo ocasionado en función de tales entendimientos. Y los problemas cuando existen y la consecución de los hechos pretendidos supone imponer lo más indebido, ese poder, que no deja de ser el mayor de los abusos, debiera perderse y otorgarse el poder a quien bien puede obrar y entender de tal poder. Debiendo rendirse cuentas por lo que hubiera cometido cada cual. Dándose o recibiendo la persona lo que realmente se merezca. Y quien no pueda dejar de representar peligros y buscar el mayor de los problemas posibles debería por supuesto vivir al margen de cualquier mundo civilizado. Porque por triste que pudiera resultar hay quien nunca podrá entender del buen sentido o sentido común alguno.
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