Navidad en la cárcel desde fuera
Amigos internos del Centro Penitenciario de Asturias: con este comunicado nos dirigimos a la sociedad en general, pero particularmente a vosotros en este tiempo de Navidad, especialmente duro y difícil para quienes tenéis que pasar estos días entre rejas.
Desde hace dos años no podemos entrar en la prisión donde estáis. Bien sabéis que no es por culpa nuestra. Los culpables son otros, que nos prohibieron la entrada, después de llevar veinte años celebrando la Navidad con vosotros, así como otras muchas actividades y servicios durante todo el año.
Esto no quiere decir que no sigamos muy cerca de vosotros, pues os llevamos muy dentro, en la mente y el corazón. Desde fuera seguimos dentro y nos sigue doliendo muy profundamente la injusticia que se ha cometido con nosotros, pero mucho más con vosotros.
Muchos de vosotros estáis ahí dentro por las muchas injusticias que se cometen en la sociedad, de las cuales habéis sido mucho más víctimas que culpables, además de soportar ahora no sólo la indiferencia de la sociedad sino también de las autoridades competentes para daros un trato mucho más humano y restaurativo de vuestra dignidad personal, que truncan, como pasó en el Centro Penitenciario de Asturias, las mejores iniciativas, como la UTE, para rehabilitaros y poder incorporaros a la sociedad en plenitud de facultades, sin quedar estigmatizados ante nadie y ante nada. Así lo pide la Constitución (art. 25,2), pero en vez de aplicaros una justicia restaurativa, se os aplica una justicia punitiva, rigurosa, con más penas y más duración. Por el hecho de estar privados de libertad no se os puede privar de vuestra dignidad como personas.
Nosotros abogábamos por la prevención, por la mediación penitenciaria, por el trato cordial y continuado, por la escucha paciente y comprensiva, por la visita y el diálogo personal o colectivo en las celebraciones de la eucaristía, por la relación con la familia, por la curación de las heridas de ambas partes, por la formación profesional, por servicios puntuales, por la solidaridad y el compromiso con la sociedad para, al salir de prisión, desde la propia experiencia, ejercer una labor concienciadora a fin de prevenir y atajar a tiempo las causas que conducen a la prisión, por el apoyo a la Unidad Terapéutica y Educativa como cauce que había demostrado sobradamente su eficacia rehabilitadora. Pero parece que esta línea de trabajo no interesaba, ni a las autoridades penitenciarias ni a las autoridades eclesiásticas, y nos cesaron. ¿Por qué no les interesaba? No lo sabemos. Llevamos dos años sin recibir una explicación, ni mucho menos justificación.
Pero aunque tenga que ser desde fuera, seguimos indefectiblemente con vosotros y lo seguiremos siempre, porque luchamos por lo que amamos, que sois vosotros. Por eso con el mayor afecto, aprecio y gratitud por lo mucho que también hemos recibido de vosotros, os decimos: Feliz Navidad.
Faustino César Vilabrille Linares y exvoluntarios de Pastoral Penitenciaria.
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