No vuelvo a casa por navidad, mamá
Si vives lejos de donde tienes tus raíces, lejos de la familia y amigos que te han acompañado toda la vida, la llegada de la navidad puede ser insoportable. Estos días festivos son para compartir momentos con tus seres queridos y aunque en esta distancia has podido conocer gente, no es lo mismo: ellos ya tienen a los suyos.
Poco importan los regalos, luces, decoración, comer hasta reventar... En estos casos el mejor regalo es reunirte con los tuyos. Aunque, ¿por qué? ¿Qué cambia, realmente, estas fechas respecto a cualquier otro día? Si se puede aprovechar unos días de vacaciones a finales de febrero, ¿por qué no quedar entonces con todos y preparar una buena cena familiar o una barbacoa con los amigos?
Entonces es cuando uno se alegra de tener una familia, aunque lejos, y unos amigos que te quieren mucho. Recibir visitas de los hermanos, madres, suegras, cuñados, amigos, etc. a lo largo del año aunque el fin de año sea más solitario o la disputa entre el haba y la figura de reyes sea entre dos.
Nada importa porque no nos podemos quejar de la vida que llevamos, así que el protocolo social no tiene que derrumbarnos y debemos celebrar lo que nos y cuando apetezca. Felices días normales tengáis, no estáis solos.
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