El Ayuntamiento de Oviedo desafina
El error mayúsculo del gabinismo fue creerse eterno, y no digamos, la elección de su sucesor el bachiller Caunedo, el de los putiferios. A partir de aquí era previsible que el escenario cambiase a los artistas, pero no se esperaba ni tanta desafinación ni tanto desajuste.
El trío de solistas Wenceslao López, Rivi Sánchez y Ana Taboada precisaba ensayar mejor sus conciertos. Una cosa es cantar y otra dar el cante. Y es que el rosario de despropósitos de esta triada de artistas no podía arrojar peores resultados. Lo tenían fácil, pero tres solistas cantando en distinto tono son un completo ridículo.
Anunciaron su primer concierto hace un par de años con pancartas en la fachada consistorial contra la "Violencia de Género", a favor de la inmigración, o del "Día de la Muyer Trabayaora", y pintaron los bancos de la Escandalera con colorines gays (los de la bandera nacional les causan urticaria). Aplaudo desde mi butaca de patio estos mensajes, como lo haría si hubiesen pancarteado a favor del "Día Internacional de las Víctimas del Terrorismo", pero en aquella ocasión enmudecieron.
Cada mes de octubre, eso sí, conmemoran y se jactan de la intentona golpista de los socialistas y comunistas asturianos de 1934, convirtiéndola en un city-tour sanmateíno que prostituye nuestra trágica historia, la que destruyó nuestra ciudad y fue el prólogo de la Guerra Civil española. La siguiente canción fue la desmemoria histórica, es decir, la segunda parte de una obra ya interpretada en su día por un heterogéneo grupo de expertos y que el trío consistorial retomó a su antojo, otra vez desafinando. Eso sí, mantienen la calle Indalecio Prieto, culpable directo de una tropelía de asesinatos en nuestra ciudad durante el maldito octubre de 1934, como él mismo reconoció desde su cobarde exilio.
El trío continuó cantando al alto la lleva, defenestrando al gabinismo, cuyo largo concierto de 20 años presenta, es verdad, muchos claroscuros y páginas por descubrir. Denunciaron los cobros ilegales del IBI y la desmesura en las multas de tráfico, pero no devuelven ninguno de los dos montos robados a miles de ovetenses, uno de ellos a quien suscribe. O sea, comparten y se reparten el botín robado por el gabinismo.
Hicieron desaparecer los "Premios Líricos" después de 10 años de éxito internacional; minimizaron su aportación a los "Princesa de Asturias"; Oviedo Filarmonía está sin director titular; la cafetería y el restaurante del Auditorio siguen cerrados desde hace dos años; expulsaron del escenario a "Forma Antiqva" (grupo musical ovetense, entre los mejores del mundo); llegaron tarde al Circuito del Teatro Asturiano; no dan la nota ni con la Fundación Municipal de Cultura, ni con la SOF, donde echaron a patadas a la casi totalidad de sus "trabayaores"; otro grupo musical asturiano todavía no ha cobrado su concierto sanmateíno. ¡Quién lo diría, la extrema izquierda dejando sin "trabayo" y sin paga a los obreros!
Que el concejal de Cultura Rivi Sánchez cuestione para qué sirve la "Filarmónica Ovetense" omnipresente en nuestra ciudad desde 1907 es, salvando las distancias, como si la alcaldesa de Madrid se preguntase para qué sirve el Teatro Real.
Quieren luchar contra las aspas gigantes del Calatrava, de Villa Magdalena y de los horarios comerciales, pero sus errores administrativos podrían dar al traste con todo. La partitura del solar del Vasco sigue atascada a falta de un informe del cuerpo de bomberos; la postal navideña de "Imagina un bulevar" en Santullano, bosque y lago incluidos (sólo falta Blancanieves y los siete enanitos), se queda en eso, en pura fantasía dentro de la cual son incapaces de vender las plazas de "Cinturón verde", insistiendo, sin embargo, en construir dos parkings de pago en el Bº de Ventanielles. Mientras, el Prerrománico carece de un plan estratégico, y la navideña pista de hielo, tan popular, se les derrite entre las manos y desaparece. La vicesolista Ana Taboada reclama al público para cantar todos juntos puño en alto contra el gabinismo, pero no afina una sola nota. Se cree estar en las barricadas de Mayo del 68. ¡Qué prehistórica! Eso sí, sueña en alto con que La Vega (once hectáreas) sirva para algo más que para la "Noche Blanca". Aplaudiré hasta que me duelan las manos.
En fin, el concierto continúa con gran desafinación y sin empaste alguno, y el final está por llegar. Con tanto desatino, dudo que haya lugar a bises ni propinas y acabarán haciendo mutis por el foro. Pero lo peor de todo, si cabe, es que la mayoría de figurantes del segundo reparto tiene también muy poca altura y tampoco da la nota con la brillantez que este concierto carbayón exige.
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