A cantar las cuarenta
Se han cumplido los pronósticos y el gobierno mantiene el incremento -perdón por la ironía- del 0,25 % para todas las pensiones con un IPC de 1,7% a noviembre, sin considerar que la mitad están por debajo del salario mínimo, incluidas las de viudedad, a las cuales les van a aplicar un aumento de la base reguladora que, leyendo la letra pequeña, van a quedar más o menos como estaban. Pero los del Gobierno ni pestañean, a pesar de la gran manifestación celebrada en octubre en Madrid por los pensionistas. Habrá que volver.
Mientras el presidente sale diciendo lo bien que va la economía, pero ello no se traduce en políticas sociales de atención a la población, fundamentalmente pensionistas y jóvenes que siguen con rentas en umbrales de pobreza. Parece que nos han narcotizado de tal manera que asumimos como irremediable esta situación, votando a partidos que pretenden dejar las cosas como están, movilizándonos lo imprescindible -salvo para ir de compras y al fútbol los domingos- o echándole la culpa a los sindicatos, que en definitiva no tienen más fuerza que la que ejercen sus propios afiliados, afiliadas y simpatizantes.
A mí tampoco me gusta el acuerdo firmado para la subida del SMI en tres años, porque las condiciones de creación de empleo y subida del PIB están en manos de las políticas económicas del gobierno y los empresarios, no en los trabajadores que padecen sus consecuencias. Pero entiendo que ante la coyuntura política, con un parlamento bloqueado -no ha sido capaz de imponer la subida del SMI- prefieren los dirigentes de CCOO y UGT firmar un acuerdo negociado que rompa el inmovilismo de Rajoy, obligando al resto de partidos a ponerse las pilas para en 2020 desalojar al PP.
Pero no nos engañemos al solitario, donde está la auténtica capacidad para cambiar las cosas es en la clase trabajadora: opinando, votando, movilizándonos, todas las veces que haga falta para que por lo menos se vea que no estamos conformes, que lo que cuentan los telediarios y tertulianos no es el país real. Existe otro de vergonzante pobreza, contratos precarios, paro indefinido para mayores de cincuenta, listas de espera... e insoportable corrupción que no manda a la cárcel a "toditos" los culpables.
Os deseo un 2018 con más ganas de salir a la calle a cantar las cuarenta, que no nos sigan entreteniendo con Cataluña o el Mundial de fútbol que viene. Y, por supuesto, con ninguna mujer asesinada.
José María W. Gómez Claro, Gijón
JOSÉ MARÍA W. GÓMEZ CLARO
GIJÓN
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo