El mono de la Pedroche
Cuando las personas temen expresarse con claridad y llamar a las cosas por su nombre por miedo a que colectivos o personas les traten poco menos que de acosadores sexuales, machistas apurados, energúmenos o chimpancés, es que estamos en una sociedad cargada de prejuicios donde se entremezcla la velocidad con el tocino.
La prueba es que todos los diarios y medios de comunicación llevan a bien destacar las trasparencias de esta chica pero con el freno echado para no ser considerados plumillas con ojos de deseo e instinto animal.
Además, esta señora se permite darnos a todos lecciones de respeto hacia a la mujer, tratando de asociar la desnudez con el maltrato y la violencia contra las mujeres. Usted señora Pedroche ¿sabe cuántas mujeres iban vestidas así cuando fueron violadas, raptadas o asesinadas? ¡Quizás ninguna! lo que nos dice que los acosadores, maltratadores y asesinos no necesariamente interpretan la provocación y la sensualidad cómo incitación para justificar sus fechorías. Así que déjese de abanderar la defensa de nadie de esa forma inoportuna, ya que el acto no requería de su desabrigo y exhibicionismo, entre otras, porque la gripe está en su máximo despliegue de contagio. Si lo que pretende es lucir su palmito no vaya más allá, los hombres podrán mirarla porque tienen ojos, pero sólo apreciarán una representación fuera de lugar o con intenciones de retar los instintos animales de las personas, pero ignorando que tienen a bien ser reprimidos (si fuera el caso) por un cerebro pensante.
Usted no puede creerse así misma heroína de la buena causa, pensando que quien la mirase con ojos similares a cómo usted intuía y pretendía ser observada, estaría nublado por su belleza y se dejaría llevar por estímulos básicos a cualquier primate. Me da mucha pena que colectivos bien llevados en luchar por la igualdad, el respeto y contra la violencia contra la mujer, se sientan representados en semejante escaparate.
Señora Pedroche, usted puede ir vestida o desvestida cómo le salga de su mente cultivada, pero no dé lecciones de civismo, respeto y trate de tapar en los demás lo que usted le da por enseñar. Usted no enseña su cuerpo, enseña su alma, trata de retar, de ser la cabecilla de una serie de colectivos que les da por publicitar que los hombres por el hecho de serlo, son unos acosadores, machistas y que al verla a usted así de hermosa, de pieza completa, pierden los frenos racionales y se convierten instintivamente en energúmenos fuera de sí, incapaces de frenar sus impulsos y automatismos eróticos, convirtiéndose en un peligro para la mujer y la sociedad.
En este nuevo año pido respeto para la inteligencia humana: hombres y mujeres, que no sigamos tratando de retarnos los unos a los otros, llegando a mezclar desnudo con despelote y exhibicionismo. Tampoco debemos caer en la simpleza de que la belleza está reñida con los ojos que la miran. Todo es cuestión de respeto y educación.
El coqueteo, la galantería, la seducción, la provocación, la sensualidad, el erotismo, la pasión son términos a desaparecer por asociarlos a peligrosos machos en celo y que pudieran ser preámbulo a la exaltación de acoso, maltrato y violencia contra la mujer. Nada que ver, cuando todo gira en torno al respeto y a la educación, sabiendo en cada momento lo que pertenece al ámbito íntimo y personal y lo que simplemente es espectáculo, exhibicionismo y ostentación. Para finalizar, otro deseo para este año: que luchemos contra las injusticias, maltratos y la violencia ejercida del modo que fuera, sin apresurarnos a sacar leyes discriminatorias y poner coronas de espinas en la cabeza del género opuesto, solo sobre los culpables. Entre otras cosas, porque hombres son sus hijos, ustedes los educaron, amaron y aman, no pueden dudar de ellos porque existan desalmados sueltos. Feliz año.
José Viñas García, Villamiana (Oviedo)
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