Responsabilidad, irresponsabilidad
Los múltiples incidentes causados estos últimos días por los fuertes temporales, de agua en la costa y de nieve en las montañas, que en Asturias han costado la vida a una mujer, y que han puesto en jaque a los servicios de emergencias, el famoso 112 , a los bomberos y hasta al propio Ejército para socorrer a los miles de conductores atrapados en las carreteras a causa de la nieve, han puesto de moda dos palabras que han sido las más escuchadas durante las últimas 24 horas: responsabilidad e irresponsabilidad.
La primera de ellas, la responsabilidad, según el Diccionario de la Real Academia de Lengua Española: "dícese de aquellas personas que cumplen con rigor sus obligaciones y ponen atención en lo que hacen o dicen". Siguiendo este criterio, nos preguntamos ¿ha sido correcta la respuesta dada por los responsables del 112 Asturias a un grupo de jóvenes que pedían auxilio desde el alto del Angliru, donde habían quedado atrapados por la nieve? La famosa frase, que ya se ha hecho viral en las redes sociales,"del cuatro por cuatro dieciséis", que les respondió el encargado de atender a los muchachos en aquellos momentos, en referencia al vehículo en el que se encontraban. Si volvemos a hacer uso del significado de la palabra responsabilidad, vemos que la actuación de la persona que pronunció esa frase, desde su cargo de responsable, no actuó "con rigor en sus obligaciones, al no poner atención en lo que hacía o decía". No debemos olvidar que, en este caso, esta persona, al inició de la conversación, también les había reprochado a los jóvenes que "ya tenemos edad", en alusión a su juventud, sin darse cuenta que esa respuesta estaba fuera de todo lugar, si tenemos en consideración que apenas 24 horas antes una mujer de 56 años, por su irresponsabilidad de hacer deporte por el dique de San Juan de Nieva, con un fuerte oleaje, y en una zona prohibida al paso, no sólo perdía su vida, sino que ponía en peligro la de otras tres personas más, y obligaba a la intervención del helicóptero del Principado y la de los servicios de emergencias del Hospital San Agustín. Resumiendo, la responsabilidad, y las respuestas de los señores del Servicio del 112 Asturias en aquellos momentos, no fueron ni las más correctas ni las más apropiadas a la hora de atender la demanda de ayuda de estos chicos.
Ahora bien, nos queda por analizar la otra palabra que mencionábamos al principio de este análisis: irresponsabilidad. Echamos mano nuevamente del Diccionario de la Real Academia de la Lengua y dice: "persona que actúa sin medir la consecuencia de sus actos". Y aquí, ahora cabría hacerse varias preguntas respecto a lo expuesto anteriormente. Primero, ¿fueron unos irresponsables los chicos, que sabedores del lugar al que se dirigían y la nieve que se podían encontrar, emprendieron el viaje igual?; sin duda alguna, lo fueron. Por lo tanto, en este caso han salido bien las cosas, puesto que no hay que lamentar males mayores, salvo el pasar una noche rodeados de nieve y sin ropa y calzado de abrigo; pero como reza un viejo refrán español: "sarna con gusto no pica, pero mortifica ".
El temporal de nieve, al margen de estos dos incidentes en Asturias, la muerte de una mujer engullida por una ola, y el aislamiento en el Angliru de este grupo de 7 jóvenes, ha dejado un sin fin de incidentes en el resto del país, con autovías cortadas y colapsadas por cientos de ciudadanos atrapados en el interior de sus vehículos en mitad de la noche. Aquí nuevamente tendríamos que hablar de responsables e irresponsables. En primer lugar, la irresponsabilidad del director General de Tráfico, Gregorio Serrano, que en vez de encontrase en su despacho de Madrid para coordinar todo el operativo ante el caos generado por el temporal, se encontraba en su domicilio de Sevilla. Incluso en la tarde del sábado, Serrano fue localizado por los periodistas acompañado de su jefe, el ministro del Interior Juan Ignacio Zoido, presenciando el partido de fútbol entre el Sevilla y el Betis, mientras el caos circulatorio se comenzaba adueñar en el centro del país. Irresponsabilidad también de la concesionaria de la autopista por no prever, a la vista de la información que le facilitaba Tráfico, el cierre del vial para evitar el caos. Y por último, irresponsabilidad también para una buena parte de los conductores , que habiendo sido advertidos del temporal de nieve que se avecinaba, y de la recomendación de llevar cadenas o neumáticos de nieve, apuraron hasta el último momento su partida para sus lugares de origen, lo que ocasiono una autentica saturación en las autopistas.
Manuel Díaz Estrada, Forcinas (Pravia)
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