Un salario mínimo insuficiente
Está muy ocupada la señora ministra de Empleo y Seguridad Social de gira por todos los medios de comunicación publicitando las bondades de un nuevo acuerdo para lograr que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) alcance los 850 euros mensuales en el año 2020.
(Para poder compararlo con los SMI de otros países el salario real mensual sería de 991,66 euros, ya que en España hay establecidas catorce pagas anuales).
No dudo que, con respecto a lo que se contemplaba hasta ahora, es un avance pero no por ello deja de ser una cantidad totalmente insuficiente para hacer frente a los gastos necesarios en la economía doméstica actual en nuestro país, siendo las subidas porcentuales para 2018 y 2019 (4 por ciento y 5 por ciento, respectivamente) incluso muy inferiores a la que se registró para el 2017 (8 por ciento).
El SMI, aunque es un salario de referencia, tras la práctica eliminación de la capacidad de negociación derivada de las últimas reformas laborales, es utilizado por muchos, yo diría que muchísimos, empresarios para la fijación de los salarios de sus trabajadores. Múltiples sectores lo aplican de este modo, es sobradamente conocido, de hecho hay sectores que deben modificar sus salarios a lo largo de este periodo dado que sus convenios no alcanzarán en el 2020 la cifra del SMI de esa fecha, como más significativo en Asturias, nuestra comunidad, el convenio del comercio, pero existen en otras comunidades o incluso a nivel estatal convenios con similares condiciones normalmente relacionados con la hostelería, limpieza u ocio.
Pero es que ese SMI, para 2020, es inferior al que tienen en la actualidad la mayoría de los países de nuestro entorno, desde Finlandia (1.998 euros), hasta Reino Unido (1.196 euros), pasando por Francia, Bélgica, Alemania, Irlanda, Luxemburgo y Países Bajos, con SMI intermedios entre estas cifras. Solo estaríamos por encima de Portugal, Grecia, Malta y Eslovenia si nos ceñimos a los países con un SMI superior a los 500 euros mensuales.
Estas cifras confirman que no puede hablarse de un SMI excelente, ni siquiera bueno, sino claramente insuficiente por comparación con nuestro entorno.
Pero lo que más extraño es que algunos sindicatos, también a través de múltiples medios de comunicación, lo publicitan como un importante logro sindical que ha sido posible gracias a su capacidad de negociación. Discrepo radicalmente y no comparto ese análisis, pudieran argumentarse múltiples circunstancias, pero de ningún modo mostrar esa satisfacción.
Se argumenta que el SMI, en 2020, se aproximará o alcanzará el 60 por ciento del salario medio neto del país, con ello se alcanzaría la recomendación de la Carta Social Europea, lo que puede ser cierto pero no deja de ser un argumento falaz, si gran cantidad de trabajadores de nuestro país tienen un salario real cercano al SMI, el salario real medio tenderá a aproximarse a esa cifra y, en consecuencia, será relativamente sencillo aproximarse al 60 por ciento, del SMI, visto el tipo de contratación existente y los salarios que se ofrecen es indudable que, en poco tiempo, ese porcentaje pueda alcanzarse con suma facilidad.
Porque, además, el acuerdo tiene alguna condición importante, como que el incremento del PIB español supere determinada cifra o que el número de parados disminuya en una cifra significativa durante el año, en cuyo caso ya no sería de aplicación el incremento, consecuentemente pequeñas distorsiones a la baja en la economía nacional harán que el acuerdo no sea de aplicación.
En mi opinión, la perspectiva debería ser aproximarse a los SMI de Francia (1.480,3 euros) o Alemania (1.498 euros), otras cifras harán que cada vez nos alejemos más de estos países, ya que es previsible que también apliquen incrementos desde aquí al 2020.
A este desprecio hacia los trabajadores activos debe sumarse el de los pasivos, jubilados y pensionistas, que daría para un libro, pero sobre el que no quiero extenderme en este escrito. En el caso de la mayor pensión de jubilación, la subida para el 2018 será de unos seis euros y unos dos para las mínimas, simplemente injusto, impresentable e indignante teniendo en cuenta que previsiblemente para este año el IPC estará en el entorno del 2 por ciento.
No parece que nadie pueda mostrarse muy orgulloso de las condiciones del mercado laboral español y las condiciones de sus trabajadores, tanto activos como pasivos, no entiendo la alharaca y el regocijo.
José Andrés Saurina Hevia, Avilés
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