LA CNT MAS QUE UN SINDICATO EN LA TRANSICIO
Había tenido la ocasión de leer la tesis de Hector González, y no hace muchos días pude escucharle en el Club de LA NUEVA ESPAÑA, que coordina de manera formidable el amigo Piñera.
La conclusión final que he sacado es que la visión que se tiene de la CNT, por parte de este estudioso y otros muchos, es que ver a la CNT como un «sindicato, puro y duro» de hecho los ejemplos utilizados por Hector, dejaban una extraña sensación a lo que vivimos en aquellos primigenios momentos el renacimiento de las ideas libertarias en Asturias en 1974.
La CNT en ese primer momento, 1994-1989 jugó un papel a modo de enclave de confluencias, las cuales iban desde la puramente sindical, cuya orientación fue en aumento a partir de la huelga de construcción de 1975, aunque la aparición del Caso Scala, hizo de fuerte eclosión para que dicha filiación bajase de día en dio, lo que yo constate como Secretario de Construcción, bajo otros nombre y apellido.
Esa idea no parece transmitirse en las documentaciones de la CNT del momento, tensionada por los personalismos de Alvarez Palomo, Prieto, Rúa, etc.., mediante la articulación de grupos de intereses varios y variados.
En medio de esa confluencia, se da la presencia del resurgimiento de ideas anarquistas y libertarias, de muy distinta concepción, que buscan en el CNT de Gijón de que aquellos momentos cobijo y una confluencia estable y amable, algo que tanto Alvarez Palomo y los consejistas, no iban a facilitar, pues casi diríamos que el tema «no tocaba», sin embargo la presencia de jóvenes en el seno de la CNT era algo que se constató desde el primer momento, estuvieran o no afiliados, ya que muchos no están en esos momentos insertos en el mundo laboral, por tanto el afiliarse a alguna de las ramas del sindicato no tenía mucho sentido.
Para ver y percibir esto, hay que alejarse de la documentación de la exposición de varios informantes, muy mediatizados por el medio sindical: Palomo, Prieto, y las particularidades del consejismo, etc.., nucleados en un ambiente anarco-sindicalista, aunque más inclinado al sindicalismo que al anarquismo.
Dice el autor del trabajo La CNT asturiana durante la Transición Española, referente a un grupo que se dio en el seno de la CNT, autodenominado «Vino, Mujeres y Canciones» que yo creo que tomó a chirigota por Héctor González, y cuyos boletines, en clave de humor, de chanza, y desde la más absoluta clandestinidad en el seno de la organización confederal, dan las pautas de lo que estaba aconteciendo en aquellos momentos dentro de la CNT, y con los sector narco-libertarios, afines o no a la FAI.
Dice el autor en su tesis, tal vez siguiendo a Alvárez Palomo, que desprestigiaba a este grupo, dado que les superaba en muchos sentidos, é estaba acostumbrado a los debates fuertes, donde era todo un referente, y tenía sus modelos de actuación bastante caciquiles, pero que alguien atacase sus posiciones, o la de Eduardo Prieto, o la de los Consejistas, desde el humor, la sorna y la chanza, y hacerlo desde la clandestinidad orgánica era algo que le ponía enfermos, el no saber dónde, cómo y por quien se editaba tal libelo, fue fruto de labores de vigilancia de locales e impresoras, de muchas horas de perseguir comportamientos para aseverar quienes éramos aquel Grupo Específico de la FAI gijonesa que lanzaba tales boletines, los cuales hacían perder los papeles a más de uno, y todos ellos nunca sospecharon que detrás de ese grupo específico estábamos una serie de jóvenes militantes, unos con carnet de la CNT y otros sin él, que en un momento dado editamos los boletines del Comité de Defensa « Infiltrado me ha dicho».. del Grupo Vino, Mujeres y Canciones, siendo dicho grupo constituido en distintos momentos por Justo Vázquez, Jose Angel Bermejo, Ramón Chaves, Pedro Alvarez y yo mismo, y alguno más que ahora no recuerdo sus nombres.
Héctor González dice en su tesis que «la FAI no ha tenido ningún tipo de relevancia real en la vida y desarrollo de la CNT. Su actividad publica y notoria se reduce a pasquines de El infiltrado me ha dicho del Grupo Vino, Mujeres y Canciones, quienes no parece que realmente pertenecieran a dicha organización, sino más bien pretendían enfrentarse, infantilmente, y desde las sombras a Ramón Alvarez Palomo y a Eduardo Prieto».
Puedo entender y entiendo que, desde la perspectiva de un joven historiador, que no ha vivido aquellas épocas y los tiempos de aquella organización, con viejos militantes de «colmillo retorcido» y muy trallados en las dobleces orgánicas, pueda parecerle que el grupo específico de la FAI gijonesa le pareciera al historiador una «infantilada» y a buen seguro que desde la perspectiva de hoy lo parece.
Pero un buen historiador, no debe desechar esos pasquines, por nota de colorido humor, que por cierto se editaban unos en artilugios caseros como «vietnamita», siendo otros número editados en el seno de la Asociación de Vecinos de la Calzada, donde estábamos encastrados algunos de esos militantes faistas en clave de la proyección libertaria en el seno de la acción vecinal. Debiera saber a estas alturas el autor de la tesis, que las sombras era la mejor tapadera , tras muchas operaciones de limpieza y defenestraciones que hubo dentro de la CNT, por vías pacíficas pero también violentas en cuyas artimañas Alvarez Palomo y Eduardo Prieto, fueron unos interesados artífices, parapetados en las secciones sindicales de Varios y del Metal.
Puedo entender que a ojos vista del siglo XXI, uno la actividad de aquellos tiempos fuera notoria, evidentemente no estábamos en los tiempos del «presentismo actual por medio de las redes», sino que era un hacer del momento y para el momento. Para conocimiento del autor de la tesis sobre LA CNT asturiana durante la transición, que dicho grupo estaba detrás de actuaciones como el CEL, Colectivo Ecológico Libertario, cuyas acciones de denuncia sobre las contaminaciones por parte de Uninsa/Ensidesa, fueron denunciadas mediante pegadas de inmensos carteles, de color marrón y provenientes de «expropiaciones» de bobinas de papel de envolver, E
Ese mismo grupo dotó a la CNT de aparatos de edición, que sin saber cómo aparecieron en las sedes de la CNT, ese grupo artículo en Asturias un grupo de defensa de los presos libertarios y que luego se transformó en la defensa de los presos comunes, que dio bastante que hablar como fue la organización de la COPEL.
Es evidente que rastrear hoy todos esos materiales y acciones es tremendamente difícil, porque eran minoritarias, porque su ámbito incluso en el seno de la CNT, se daban de una forma marginal, pero se puede decir que estaba ahí, al igual que las publicaciones que se dieron en su momento para dar a conocer los ideales anarco-libertarios.
Es evidente que como grupo específico, nunca dejamos huella de nuestro quehacer en los «Instagram» del momento, por tanto no era de conocimiento general nuestros encuentros con el faismo catalán por medio del Compañero Quimet, o las dos reuniones que hubo en Toulouse con Federica Montseny y Germinal Esgleas, a las cuales yo asistí en medio de los Encuentros del Faismo, tanto de un lado como del otro, de los Pirineos.
Es evidente que todo esto forma parte de la intrahistoria de la CNT, pero un buen historiador debería saber sacar de esas pequeñas notas y pasquines, más información que la que pudieran dar algunas entrevistas ...
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