Vuelta la burra al trigo
Se van cumpliendo los trámites para la constitución del nuevo Parlament de Cataluña dentro de los plazos establecidos, con tres diputados en la cárcel y otros cinco huidos en Bruselas. Entre ellos el supuesto candidato a la Presidencia de la Generalitat. Después de todo lo ocurrido en septiembre y octubre, hoy los independentistas han vuelto a las andadas tomando decisiones contrarias o no deseadas por la oposición, aunque en este caso la protesta partió del partido más votado, Ciudadanos. Por desgracia hoy le bajaron los humos tanto a la señora Arrimadas como al señor Albert, después de ganar las elecciones y mejorar la intención de voto en unas supuestas elecciones generales.
Con la elección en voto secreto del president del Parlament, éste, utilizando un lenguaje más suave que el de su antecesora, la señora Forcadell, ya dejó claro cuáles son las intenciones de los separatistas de esa comunidad, intentar de nuevo la declaración de la República de Cataluña. Puede que incluso lo hagan mediante un acuerdo con un futuro Gobierno de la nación de signo distinto al actual. Pero lo más grotesco de todo este tinglado político, propiciado por una manada de tercos e irresponsables, apoyados por los votos de sus seguidores, que no son pocos, es la burla de los cinco fugitivos que llevan más de dos meses y medio en Bruselas viviendo a cuerpo de rey, con gastos pagados y bien protegidos por algunos medios de comunicación de dudosa ideología política. No entiendo qué cuentas son las que hacen sobre su futuro, porque la Justicia va a estar ahí implacable esperando su regreso para ponerlos en el lugar que merecen estar, aun con el acta de diputados en el bolsillo.
Y como prueba de que todavía hay justicia en este país, ahí están los condenados del caso Palau de Barcelona, con penas de cárcel bastante elevadas y con daños colaterales a los dirigentes de CDC, entre ellos su expresidente señor Mas. A este caballero amigo de las chapuzas, que por cierto según declararon los imputados era él quien manejaba todo en ese centro cultural, todavía le queda la sentencia sobre la financiación del fallido referéndum del 9 de noviembre de 2014. Había un refrán hace ya muchos años que decía, utilizando el nombre de un desaparecido sindicato llamado F.A.I. que decía: “El que la FAI la paga”.
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