Maldad y bondad no tienen género definido
Siempre pensé el por qué decidimos tener hijos (en nuestro caso, tres varones de cosecha mejorada, salieron a la madre) el otro día escuche a una mujer en la tele, también una película me hizo reflexionar: La mujer decía que quería una niña a toda costa, el motivo que ella siendo bebé se le desfiguró la cara y parte del cuerpo por un accidente por algún producto que la quemó y que quería verse reflejada en ella. En un dialogo de una película cualquiera, la actriz avergonzada del comportamiento de su hija, le dice que tenemos hijos como copia diminuta de nosotros mismos para sacarlos mejores que nosotros, no concebimos verlos fracasar cómo nosotros lo hicimos, por eso queremos moldearles (no a nuestra imagen) si no para que logren alcanzar éxitos en todas nuestras frustraciones ¿quién no empezó a pelotear con su niño cuando el balón era mayor que él? ¿Quién no fue direccionando a sus hijos hacia una profesión o estudios determinados?
Partimos de un error de principio y de apreciación grave, ya que, lo más importante es que toda nuestra enseñanza fuera conveniente y practica para ellos, para tomar las riendas de sus propias decisiones y sentirse realizados como personas el día de mañana. Que ellos no nos echen en cara que todo lo hicimos por egoísmo, intentando sacar copias perfectas opuestas a nuestras inhabilidades. Después, no toca sentirse culpables (de donde no hay no se puede sacar) por eso, en la educación de los niños, los profesores y una Ley de educación adecuada son una parte de apoyo esencial.
Cuando alguien pretende separar por sexos la bondad y la maldad, está diciendo que su cosecha fue improductiva: madres, padres, profesores y el resto de la sociedad, han educado y enseñado a niños y niñas a comportarse en la vida, supongo de igual manera ¿Por qué han de dudar de ellos cuando son mayorcitos? ¿Por qué condenar a todos por unos desalmados que en todas partes hay? Con la violencia de género pasa lo que vemos, todos tenemos esa necesidad urgente de encontrar soluciones rápidas a tan tremenda y preocupante realidad. Pero solo los insensatos, esos profetas del pasado, culpan a los demás de su nulidad en esta vida, buscando culpables con su pluma cargada por una mente tan cobarde como su propia estima; ya que no vale ir apropiándose de sentimientos buenos, y haciendo a todos los demás culpables de los malos, convirtiéndonos en: anti-buenos, anti-ecologistas, anti-animalistas, anti-feministas y anti-todo. Para esos innecesarios, decirles que, todos tenemos sensibilidades, ternura, amor y estamos en contra de cualquier violencia ¿Por qué osan aprovecharse de las buenas causas, y colocarnos al lado de los malos a quienes no usamos la bilis para exigir justicia? ¿Ustedes que aportan, además del bla-bla-bla incandescente? Ese cliché que nos asocian a algunos de (anti) es solo el reflejo de su mísera vida. No defendemos a los culpables y violentos, que la Justicia les caiga encima como una losa. Pero al mismo tiempo que nadie sentencie, disponga y dicte en caliente cómo le ocurrió a Zapatero con aquella Ley de Violencia de género que lo empeoró todo, entre otras cosas porque dejaba marcados a fuego a los hombres, en tremenda desventaja ante la Ley, donde sin pruebas eres culpable solo por el hecho de ser hombre cuando cualquier mujer te acuse o denuncie. ¡Eso no es Justicia, es la muestra de la incapacidad de todos! ¿Quieren eso para sus hijos? Los míos son hijos varones, pero he tenido madre, tengo mujer, nietas y nueras que quiero y respeto tanto cómo ustedes pudieran hacerlo con cualquier mujer. Me gustaría verles poner soluciones sin precipitación y discriminación ¿la tienen? Si no la tienen, dejen de culpar a los demás: botarates.
Países más avanzados que el nuestro no encuentran una solución tampoco, quizás porque todo está en una educación incorrecta de: madres, padres, profesores y resto de sociedad. No condenemos a nuestros hijos ¡solo a los acosadores, violentos y asesinos! tampoco protejamos en exceso a todas las mujeres, si queremos igualdad en todo ¡solo a las que sufren maltratos y son víctimas! ya que la maldad no es patente de los hombres, cómo la bondad tampoco es patrimonio de las mujeres.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo