Un estado selvático
Cuando son espejismos lo que uno quiere ser o quieren que sean las cosas. Y lo que en realidad son o puede ser todo. Y el móvil de todas sus conductas no deja de ser de lo más indebido buscando a alguien que pague por todo ello. A la vez que tampoco entienden del bien ajeno, de lo que suelen resultar grandes enemigos, este tipo de personas. Pero mejor para entender de esto, partir de como ya se dijo alguna vez que a quien Dios se lo da San Pedro se lo bendiga. Pues tanto desacierto y tan desacertadas vidas que conllevan el mayor de los males posibles a quien pudieran encontrar para tan ruines propósitos y viles vidas. Habría de encontrar soluciones para quien padece tales enfermizas y desviadas conductas. Y que el desatino para el que pudieran vivir determina gente para todo se encuentre con la consecuencia de sus hechos y se compense a cada cual por lo cometido por tan deshumanizante, preocupante y problemática forma de ser. Como ya decía el viejo refranero popular, que cada cual se encuentre con la horma de su zapato. Que no por viejo deja de ser igualmente sabio. Que de no ser así estaríamos volviendo a los albores de la humanidad y permaneceríamos a la espera de cambios en un estado selvático.
David Piquero Soto
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

