Fobosofía
Hay palabras bonitas que suenan dulces al oído, otras parece que encierran en ellas mucho más de lo que nos muestran a simple vista, pero algunas poseen ambas cualidades. La palabra “filosofía” es un buen ejemplo. Es, sin duda, una de mis palabras favoritas tanto por lo que designa como por su propia morfología. “El amor por el saber” era como los propios griegos querían que se conociese a ese afán de conocimiento que fue impulsado hace cientos de años en torno a las aguas del Egeo. Así nació la palabra “filosofía”, del griego “filo” (amor) y “sofía” (saber).
Como madre de todas las ciencias buscaba dar respuestas al mundo sin apoyarse en elementos providenciales, cuestionándose lo que a menudo se daba por obvio. Ella nos convirtió en lo que somos: nos hizo creer en el progreso y nos permitió avanzar como sociedad. Fueron los filósofos quienes primero se plantearon que una mujer era igual a un hombre, que todos los hombres mismamente eran iguales al nacer. Ellos impulsaron los grandes cambios políticos, estuvieron siempre detrás de todo gran movimiento social. Siempre son ellos. El mundo se rige por distintas formas de ver el mundo que van variando a lo largo de la historia y esas formas salen de la cabeza de estos intelectuales a los que tanto se desprecia hoy en día. Incluso parece como si sus propias hijas, ciencias como la física o las matemáticas, le hubiesen arrebatado su respetable puesto no dándose cuenta que el saber es único y que todas ellas son necesarias.
Un año después de todo el revuelo de la LOMCE y estando ajetreados pensando en el tema de Cataluña parece que el Gobierno ha conseguido su propósito de recortar presencia en el sistema educativo a asignaturas como Filosofía. A lo mejor es que consideran que el sistema no necesita mejorarse o puede que prefieran que nadie se lo cuestione.
Confío en que algún día se reaccione y se dote de igual importancia a las ciencias naturales y a las letras. Las primeras mejoran nuestra calidad de vida ampliándola y mejorándola, pero las segundas (y aquí incluyo a las artes) son las que le dan sentido. Con este panorama recurro a una palabra “fobosofía” para describir la situación actual, del griego “fobo” (temer) y “sofía” (saber): “el temor por el saber”.
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