Racismo

10 de Febrero del 2010 - Oscar Farkoa (La Fresneda)

Me sorprende que el racismo, por lo menos en nuestras culturas occidentales y supuestamente civilizadas (iba a decir: modernas), se condene y se considere como un defecto, un pecado en fin: algo condenable.

Para mí, el racismo es como el colesterol. Hace poco, descubrimos que había un colesterol bueno y otro malo. Pues, el racismo malo es el que considera su raza o su género superior a los demás. ¿Qué va a ser superior una persona a otra por su color de piel o su origen geográfica? Igual soy muy culto pero me parece que solo puede uno creer en esto por falta de conocimiento. Ahora sí, aunque no tenga nada en contra de las personas con corbata amarilla, pantalones violetas y camisas verdes, si cada vez que se mete alguien conmigo va vestido así, puede que acabe un poco reservado cuando me cruce con uno, por primario que resulte esta reacción.

Pero tener preferencia para alguien más cercano, porque compartimos raíces, gustos, recuerdos, ¿no les parece que es el racismo bueno? ¿La parte que nos hace más humanos? Igual menos perfectos también pero si se paran a pensarlo, ¿no les parece que es el típico acto que nos saca de esta estandarización, de este molde aséptico donde se supone que todos debemos caber?

Soy francés y durante una temporada, fui profesor en un colegio de estos barrios a las afueras de París donde quemaban buses. Las tres cuartas parrtes de mis alumnos eran de origen extranjero, y primero (lo que más me llamó la atención), no había racismo entre ellos, en estas mini torres de Babel que eran mis clases, los blancos, los negros, los turcos, los asiáticos, todos se trataban con igualdad. Segundo, qué riqueza en las aulas de poder tratar con tantas culturas: casi todos eran bilingües.

Hoy vivo en Asturias (me casé con una autóctona). Intento adaptarme a la cultura y a la gente. Sin embargo entiendo que a veces, a mis amigos, les preste más estar entre sí porque se entienden mejor en todos los sentidos, comparten años de convivencia y hasta en los silencios se encuentran. El silencio de mi tierra, puede que sea lo que más eche de menos pero, ¡silencio!, es un secreto del que no quiero hablar.

Cartas

Número de cartas: 45933

Número de cartas en Septiembre: 37

Tribunas

Número de tribunas: 2082

Número de tribunas en Septiembre: 4

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador