¡Qué lista es la señora Migoya!
La señora Migoya tendrá muchos defectos, pero lista lo es un rato. Propone una carrera profesional que el Tribunal Superior asturiano considera ilegal, ¿qué hace?, pues sortea la sentencia con una ley urgente para intentar que el Tribunal Supremo en Madrid no diga lo mismo que el asturiano; ¿que hay políticos que no están de acuerdo con la carrera profesional?, pues dimiten y camino despejado. Pero su inteligencia no se queda sólo ahí; le han puesto muchos recursos ante la justicia y ella, tan fresca, comenta que ha ganado la mayoría, eso sí, no comenta el porqué; un ejemplo: algunos profesores que no firmaron la carrera profesional recurren a los tribunales, tras considerar éstos la carrera ilegal, para que les paguen los miles de euros que sus compañeros han recibido por hacer el mismo trabajo, y pierden la sentencia, eso es verdad, pero lo que no dice la señora Migoya es que la pierden porque el tribunal estima que no puede ampliar el cobro de una ilegalidad, díganme que no es lista la Superconsejera, lo que llega a la sociedad asturiana es que los profesores pierden la sentencia. Y se preguntarán: ¿Qué hace la Consejería de Educación? Nada, tras años de quitarle competencias se ha quedado en una gestoría, ya ni convoca las oposiciones, las convocan. ¿No se lo imaginan?, pues sí. El otro día fue alucinante ver cómo en la celebración de los 10 años de competencias en Educación, el consejero del ramo ni habló, se limitó a entregar premios, una pena, el consejero de Educación convertido en una azafata. Eso es lo que ha traído 10 años de competencias en educación en Asturias, una Consejería de Educación sin poder de decisión supeditada a los superpoderes de la superconsejera que entiende que la educación es una administración pública más sin tener en cuenta las especificidades de un cuerpo que se dedica en cuerpo y alma, a pesar de ella, a preparar a los asturianos para el futuro.
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