Negro Oviedo
Poner en marcha una planta de producción de aglomerados asfálticos conlleva la realización de un exhaustivo estudio de impacto ambiental, ya que estas industrias están consideradas como altamente contaminantes.
Esto es así en casi toda España, puede que en casi toda Asturias, pero no en Santa Marina de Piedramuelle. Aquí, amparándose en la existencia previa de una explotación de extracción de áridos y considerando, a fuerza de retorcer la realidad, que se trata de la misma actividad, el Principado declara que el proyecto en cuestión “no debe someterse al trámite de evaluación de impacto ambiental ordinaria previsto en la ley 21/2013 de 9 de diciembre, de evaluación ambiental”.
La citada explotación va a contener, además de la cantera existente y la planta de asfalto, otra de producción de hormigón. Todo sin necesidad de una “evaluación de impacto ambiental ordinaria”. Se ha troceado el proyecto en partes más pequeñas y, según parece, no se tiene en cuenta la contaminación que se va a generar de forma conjunta, sino como si se tratase de instalaciones individuales que nada tuvieran que ver unas con otras.
Sin embargo, estas plantas contaminan mucho. Aparte de ruido, emiten al aire, tanto en el secadero como desde la caldera de aceite térmico, partículas SO2 y NOx y compuestos orgánicos volátiles como el benceno, potente carcinógeno clasificado como “compuesto extremadamente peligroso para la salud”. Además, acumulan en balsas o cubetas betún, fueloil y gasoil, productos que, como se prevé en las autorizaciones ambientales de otras plantas similares, más tarde o más temprano acabarán contaminando la tierra y las aguas de la zona. Se da la circunstancia de que “aguas abajo” de esta explotación hay un hotel-balneario de 5 estrellas que se promociona identificándose con la vida sana, el bienestar, la salud y el deporte, y cuyos días, me temo, están contados.
La zona de Las Caldas, muy frecuentada por los ovetenses que quieren disfrutar del ejercicio y la naturaleza, donde se quiere poner un camping de primera categoría y que parecía destinada a acoger servicios turísticos y de ocio de calidad, se va a convertir en uno de los principales focos de contaminación del municipio y de la ciudad de Oviedo. La calidad del aire que respiramos los ovetenses está en juego. Reaccionemos, por nuestra salud y la de nuestros hijos.
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