Falsas expectativas sobre el ictus
A lo largo de los últimos días, los medios de comunicación de ámbito regional se han hecho eco de la implantación en todas las ambulancias de Asturias de un nuevo dispositivo que permitiría aumentar la supervivencia de los pacientes con ictus y discriminar si se deben a un trombo (ictus isquémico) o a una hemorragia (ictus hemorrágico). Esta noticia ha causado un profundo malestar en el colectivo de trabajadores de la sanidad pública, por una serie de cuestiones de hondo calado que pasamos a exponer.
Lo más importante es que genera en los ciudadanos unas falsas expectativas, que en nada se corresponden con la realidad. A lo largo de las últimas décadas, han sido muchos los investigadores que han intentado encontrar biomarcadores capaces de realizar esta distinción. Los biomarcadores son moléculas que se liberan del tejido cerebral dañado y que, teóricamente, podrían diferenciar una isquemia de una hemorragia a través de un análisis de sangre. Desgraciadamente, a día de hoy, no se ha podido hallar ningún biomarcador ni combinación de ellos que sean capaces de diferenciar fiablemente ambos procesos y que puedan ser aplicados en la práctica clínica. En este contexto sólo es válida una certeza diagnóstica absoluta, por cuanto administrar el tratamiento incorrecto puede suponer empeorar gravemente la situación y el pronóstico del enfermo, y esa certeza sólo la proporciona, a día de hoy, la TAC craneal.
Esta misma semana se ha publicado la última actualización de las guías de ictus de la ASA (American Stroke Association, Asociación Americana de Ictus), que refrenda todas las actuaciones diagnósticas y terapéuticas con evidencia científica, y donde no hay mención alguna a la utilización de biomarcadores en sangre para el diagnóstico diferencial del ictus. Por tanto, la afirmación que fundamenta las informaciones referidas no es cierta: no existe evidencia de que el dispositivo en cuestión pueda llevar a cabo una diferenciación eficaz ni fiable de isquemia y hemorragia y, por consiguiente, los supuestos beneficios de su uso están en el mero plano de la hipótesis.
Con todo, la investigación sobre biomarcadores en el diagnóstico del ictus debe continuar. Hay algunos que han mostrado resultados prometedores y son necesarios nuevos estudios que los refrenden, por lo que cualquier aporte en ese sentido debe ser considerado positivo, aunque en un plano puramente experimental y, por el momento, sin aplicabilidad clínica. Y en todo caso, con las debidas garantías, en el contexto de un ensayo clínico y debidame
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo