"Estos asuntillos del sexo"
El tema es recurrente. Ya el 25 de septiembre de 2016, en su artículo titulado “Menopausia y climaterio”, la escritora Pérez Novo nos decía que la pérdida de la función genésica en la mujer va acompañada, como en el varón, de la disminución de la libido y de su sensibilidad sexual. El 29 de enero, en su columna de LA NUEVA ESPAÑA “La misteriosa libido femenina”, incide en la misma idea, si bien añade unos pícaros e incisivos comentarios, como que “estos asuntillos del sexo tienen muchas salidas” –de las que nos da un mero listado; “si a esto le sumamos las erecciones insuficientes que presentan la mayoría de los varones a estas edades...”–, “¡que sí, que sí, caballeros, no hagan muecas diciendo que son ocurrencias mías!”.
Claro, “tengo, tengo, tengo, tú no tienes nada” –que dice la copla–, las señoras –¡qué bien que no padecen disfunción eréctil!– además tienen otra gran ventaja sobre los caballeros –que no dice la doctora–, y es que, a diferencia de éstos, no suele haber un paralelismo entre la pérdida de su capacidad genésica y su declinar sexual. A pesar de que la decadencia para producir espermatozoides puede, en el varón, demorarse en 15 o más años respecto a la ovulación femenina, es fácil que las mujeres superen a sus parejas en longevidad sexual; en tal trance de “surpass”, es el momento de que la mujer hable con él de “estos asuntillos”. Y efectivamente hay remedios relacionados con la, no tan misteriosa, libido femenina, y con el talento de la pareja. Según Ovidio, ya le dijo Júpiter a Juno, y lo apoyó el sabio Tiresias que había sido mujer durante siete otoños: “Vosotras gozáis más y mejor”. También se ha dicho que: “Ningún espectáculo de la naturaleza puede compararse al de ver transfigurarse a una mujer”. ¿Qué dicen de esto y de su por qué los y las especialistas en sexología?
En lo que necesariamente hay que coincidir con Carmen Pérez Novo es en que no todo es cosa de química, idea que también asume Fred Astaire rebatiendo a su partenaire femenina, Cyd Charise, en la película “Silk stockings” (“La bella de Moscú”), quien decía que el amor es sólo una reacción electroquímica; pues señor, es sobre todo cuestión de atracción y gusto recíprocos, y de “Medias de seda”.
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