La nivación ¿limpia, pule y da esplendor?
La fenomenología climática concerniente a la incorporación de agua de microcristales de hielo, desarrollados en capas temporales superficiales y estratos profundos permanentes, tiene complejas funciones. Se pueden agrupar didácticamente éstas en torno a las siguientes adjetivaciones: la nieve y nevadas actúan (1) como desencadenadoras de limpiezas orográficas y riesgos de deslizamientos (aludes o argayos de crionivación); también funcionan (2) fracturando y puliendo suelos y zonas profundas del subsuelo. Sobremanera la sociología moderna (3) destaca los efectos paisajísticos temporales con su ocio desmedido y no suficientemente reflexivo económicamente.
La nivación permanente o estacional supone la presencia de riesgos y determinados beneficios, que suman manejando debidamente las tecnologías; de prevención de formas de su actividad, también de los almacenamientos fluidales, consecuentes con el deshielo. La utilización positiva de las actuaciones turísticas del desarrollo, en estaciones, pueblos, urbanizaciones y urbes permanentes es un modo y moda difícil por su temporalidad y exigencias multidisciplinares, personales y permanentes. La “soberanía popular del bien saber” combina el decir popular año de nieves, con el correspondido de “bienes”. Ello tiene evidencias a largo plazo, mediando buena gestión de valores útiles “posnivación”. En plazo corto los problemas son diferentes y diferenciados, por los egoísmos personales y económicos del hombre de la sociedad de desarrollo y bienestar. La movilidad de los transportes se desborda, buena parte de estos no fueron concebidos para temporales nivales. A los utilizadores de medios de movilidad les cuesta adaptarse a la disciplinas de estas circunstancias. Buena parte de las agrupaciones urbana y megaurbes están desestructuradas y desmembradas por formas de alteraciones superficiales y subterráneas temporalmente cuando menos. La soberanía del dicho requiere una fase de gestión preventiva de la eventualidad nival; también una docencia efectiva sobre la utilización, que se quiere liberalizada, de los espacio de nieve circunstanciales, y cortos así como acortados por el sobreuso en espacios y tiempo. La gestión de limpieza, mantenimiento, reparación de desperfectos, recogida de basuras y evacuación circulatoria ordenada son otros tantos deberes que acumulados suponen una factura económica, con responsabilidades para los diversos estamentos sociales, que están más allá de la belleza paisajística y de bienestares mentales de descanso-desconexión con la sociedad real del trabajo; también con el reaprovechamiento minero-agrícola del agua que vuelve a fluir hacia ríos, pantanos y suelos de toda índole y subsuelos de almacenamiento derivados de hidrofracturaciones que pueden ser objeto de minados. Soberanía popular… sí; “soberanía” popular cordialmente no, fuera del respeto a los deberes autoadquiridos cuando se evoluciona en torno eventualidades climáticas y particularmente de las nevadas y nivación incorporadas a su explotación turística. Más y permanente gestión del agua que retorna a y para la naturaleza, mediando los correspondientes minados civiles y del subsuelo minero-mineral. Mucha más y permanente atención en Asturias a los aludes –los “crioargayos”–, promovidos en estaciones de esquiar, además de los circulatorios de carreteras y autopistas con deficiencias en su tratamiento de taludes.
Los riesgos y los beneficios de las nevadas
Cuando comencé los estudios geotécnicos para desarrollar el túnel del Negrón se me comentó el imponderable con el grisú del carbonífero. Hoy funciona y desgraciadamente las disfunciones están en la “posverdad” del carbón-carbonífero. Los estudios geotécnicos de la variante de Pajares, de los que tuve la inicial responsabilidad, continúan en la “nube” moderna de las decisiones “tuneladas” política y socialmente. Desearía poder durar para hacer la andadura exterior que debí realizar durante los trabajos citados por el interior de los tubos, y cerrar el ciclo ofreciéndoselo cuando menos a mis hijos, que siguen sufriendo las inclemencias de Pajares puerto. Gracias y abrazos blancos.
José Antonio Martínez-Álvarez es catedrático emérito de Geología Aplicada e Ingeniería Geológico Ambiental en la Escuela de Minas de la Universidad en Oviedo
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