Narcisismo
De antemano advertir que puede haber muchos narcisistas encubiertos. Cabe la posibilidad de que todos seamos vulnerables a serlo. El narcisismo es una gratificación erótica causada por el excesivo amor por sí mismo. El mito de Narciso se refiere al hombre que busca la belleza más en lo externo y, en consecuencia, se queda en la fachada personal, cuidando la portada, el frontispicio, la apariencia.
Fue Havelock Ellis, sexólogo inglés, el primero que utilizó este término a finales del siglo XIX para referirse a aquellos sujetos que desarrollaban una tendencia sexual hacia sí mismos. Más tarde Freud adaptó el concepto a sus criterios psicológicos para referirse a las personas con un amor desordenado y excesivo hacia sí mismos. Tiempo después, la corriente Psicoanalista estableció los rasgos de esta personalidad haciendo hincapié en dos vertientes: el amor extraordinario hacia uno mismo y una autoestima grandiosa, fruto de una evaluación personal desmedida. El patrón de conducta se vertebra sobre la impresión de grandeza suprema de su persona y la necesidad de reconocimiento por parte de la gente del entorno. Hay en él presunción, engreimiento, soberbia descomunal y fatua, jactancia y petulancia.
Es lógico que, por todo ello, los narcisistas susciten en los demás rechazo y carecen de empatía. Esa autovaloración, así como la hipersensibilidad respecto a la opinión de los otros producen una psicología desagradable que invitan alejarse de ellos. En definitiva, buscan un trato privilegiado y muestra su fantasía de éxitos, logros y prestigio. Así que dentro de esas características, ocurre con frecuencia la descalificación de las personas lejanas y de personajes de la vida pública. Además, por si esto fuera poco, no reconocen ni aceptan sus propios defectos o fallos, y cuando alguien los señala, aunque sea con suavidad y educación, pasan al ataque.
El psiquiatra Enrique Rojas Marcos en su obra “De la personalidad a la autoestima”, señala que la idealización propia del narcisista pone de relieve su falta de autoconocimiento, razón por la cual niega sistemáticamente cualquier defecto o fallo personal. Y añade, que se ha discutido mucho como se fragua este ser. Unos piensan que por haber tenido cerca algún narcisista durante la infancia y la adolescencia. Hoy se sabe la enorme importancia que tiene el aprendizaje por imitación; todo se contagia, tanto lo positivo como lo negativo.
Sólo nos queda recordar que Narciso era un hermoso joven de la mitología griega que, gracias a la diosa Némesis, se enamoró de su propio reflejo en una fuente de agua hasta morir ahogado. Más tarde se transformó en la flor que lleva su nombre, que crece cerca del agua.
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