Centenario de "La Cultura" en El Entrego
El pasado 9 de febrero se cumplían cien años de la Sociedad “La Cultura” de El Entrego. Se celebró por todo lo alto.
Abrió el acto un miembro de la directiva por indisposición del actual presidente, José María Fernández, y dio paso a la intervención del joven alcalde de San Martín del Rey Aurelio, con buena información: datos de habitantes menguados, desde 1968; iniciativas para suplir la desaparición de la minería; fuerza para detener la pretensión de dejar sin el tren que hubo hasta ahora, el del Norte (aquí aplausos) y más cosas...
Tomó la palabra Olegario, haciendo un recorrido de su gestión como presidente de la Sociedad “La Cultura”, amplio y, a continuación, toma la palabra Melchor Fernández Díaz, periodista y exdirector de LA NUEVA ESPAÑA, y “de casa”: volvió a su pueblo después de años en la capital; nos cuenta muchas cosas desde aquellos años de la formación de “La Cultura”, en otros locales, por ejemplo en la calle Nueva, primer piso, propiedad de Ramón Díaz, “Mon el de Matilde”, mi abuelo, y personajes importantes de aquellos tiempos como don Eladio García Jove, médico y literato, con un busto en el Ayuntamiento; don José Canella, médico que atendió a mi madre en mi nacimiento, alcalde y que también fue presidente de la Sociedad “La Cultura”; don Dimas Martínez, médico representado en la única estatua que hay en el pueblo, y sin olvidar al subcampeón nacional de ajedrez Máximo López, y muchos de los presidentes de la Sociedad, con sus nombres.
Aparece el Orfeón “San Andrés”: veinte componentes, perfectamente uniformados, y, al frente, el director, jovencísimo; estupendo grupo.
Viene después un vino español animadísimo y allí lo dejé todo, con nostalgia de mi lejana juventud, después de visitar (lo primero que hice) la excelente biblioteca que me dio tantos momentos de ilusión, de mundos desconocidos, de visiones nuevas; allí estaban aquellos libros, y vi algunos nuevos que no estaban entonces: Premios Nobel. Ojeé unos de los viejos, ¡vaya por Dios! era de Pardo Bazán, desprestigiada por sus coetáneos literatos.
Pasados muchos años, mandé un libro de “La Regenta” a la Biblioteca: no podía faltar allí el autor Leopoldo Alas, “Clarín”, que fue esposo de la señorita de la Casa Solariega de García Argüelles en La Laguna, y la boda en la Capilla donde, años después, se casaron mis padres.
Recordé los bailes en las fechas puntuales: subíamos aquella escalera que se desdoblaba en el rellano en dos, para desembocar en el salón de baile, encerado, rodeado de sillas, que ocupábamos hasta que nos sacaban a bailar: pasodoble, vals, tango, fox y ocasionalmente bugui-bugui, que Polín Richard nos trajo de Nueva York; allí estábamos acicaladas y bien vestidas, previo visto-bueno de mi tío Casimiro González de Lena... Hoy sería un estilista.
Gracias a la directiva de “La Cultura”, y tantísimas directivas anteriores, que hicieron posible que pudiéramos estar aquí este 9 de febrero del 2018 celebrando los cien años de la Sociedad “La Cultura” de El Entrego.
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