No tengo derecho
¿Qué pasa con las que tenemos una pensión de 600 euros, viudas como es mi caso?
No tengo derecho a un trabajo porque soy sesentona, no tengo derecho a los 400 euros de Zapatero porque como no tengo nada, no hago declaración de la renta.
No tengo derecho a ayuda al alquiler porque no entro en los planes del Gobierno, por supuesto ir a un banco para que te concedan un crédito a mi edad, cuando digan misa las mujeres.
Las viviendas sociales eran para las personas con pocos recursos; para poder acceder a ellas me consta que hay muchas familias que se mudaron porque les fue muy bien (me alegro por ellos). Me pregunto qué pasa con esas viviendas desocupadas. ¿No tendrían que, por lo menos, estar alquiladas con ayudas del Principado o quien corresponda?
El otro día me quejé de todo lo que, a mi juicio, se podría arreglar sin que supusiera gran cosa para las arcas del Gobierno (esos sólo ayudan a los bancos) y solucionarían la vida a mucha gent; en seguida me contestaron que me quejaba de vicio, la gente mayor tenéis centros sociales, excursiones, vais de vacaciones por el Imserso.
Y también tenemos asilo, malatería y ahora residencia, que suena mejor, pero eso no tapa el socavón de otras creo yo necesarias.
Hablando de injusticias, el lunes 4 de noviembre acompañé a una tía de 93 años a Salud Mental a Teatinos, donde nos sentimos muy a gusto con el trato que se nos dio tanto a ella como a los que la acompañamos. El caso de mi tía es que si sigue empeorando puede necesitar un tratamiento que sólo entra en la Seguridad Social hasta los 75 años y vale 32.000 pesetas; si esto me dejó perpleja, lo de ese padre y ese hijo que fallecieron y no tenían derecho los familiares a un psicólogo porque es a partir de tres fallecidos cuando funciona ese protocolo, perdonen, pero ¡de puta pena!
Y esas cabezas pensantes, muy bien situadas en la vida, que no nos dais los buenos días por si acaso os despeináis, que a veces necesitamos pedir ayuda, pero (nos da vergüenza) será porque la tenemos.
Seguro que no voy a solucionar nada con esto, pero sí el derecho a la pataleta.
Pilar Menéndez Alonso, San Cucao de Llanera
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