Farolas isabelinas: la última polémica
Aunque ya nadie puede extrañarse de cualquier ocurrencia que salga de la fábrica de despropósitos en la que se ha convertido el Ayuntamiento de Oviedo, desafortunadamente en manos de un tripartito sectario y revanchista, maestros de la polémica y expertos en demoliciones, diletantes políticos e incompetentes para la gestión de los recursos públicos, siempre tenemos que dejar una puerta abierta a la sorpresa. Y, cómo no, la última llegó, curiosamente, en forma de farola.
Al hilo de lo anterior, he tenido la paciencia de ir recogiendo todo lo que sobre este último desaguisado de la sustitución de las decorativas farolas isabelinas se vienen haciendo eco los distintos medios de comunicación, en especial LA NUEVA ESPAÑA, que ha dedicado varias páginas en distintas ediciones a este tema, incluso en la sección de “Cartas”, y después de todo ello la conclusión no puede ser más sencilla: desde fabricantes de estas farolas, pasando por vecinos, comerciantes, valoraciones técnicas independientes y así hasta un largo etcétera, las opiniones no pueden ser más unánimes: el único problema que tiene este equipamiento urbano es el de una falta total y absoluta de mantenimiento y, por tanto, la sustitución masiva de las mismas, con el elevadísimo coste que conlleva, es absolutamente innecesaria y desproporcionada. Sólo el Alcalde, con sus medidas y manipuladas informaciones, algunas veces manifiestamente tergiversadas, seguramente azuzado por sus socios de gobierno, mantiene una postura diametralmente contraria a la de todos los colectivos anteriormente mencionados, llegando a declaraciones tan extravagantes como cuando, tratando de justificar lo injustificable, indicó que el cambio es inevitable porque las actuales farolas, las de cinco brazos, están “podres”. A la vista de lo expuesto, se puede colegir, e incluso sospechar, que lo que hay “podre” en Oviedo no son precisamente estas farolas.
Todos, desde nuestra condición humana, podemos cometer muchos errores; pero sólo unos pocos, aquellos que honran la especie, tienen la grandeza de reconocerlos y, por ende, corregirlos. Esperemos que quienes actualmente tienen, por carambola del destino, el ineludible deber de velar por los intereses de la ciudadanía ovetense, aunque sea de forma temporal, se encuentren entre ese reducido número de privilegiados; aunque, vista y analizada su trayectoria, no parece que vayamos a tener esa fortuna. En cualquier caso, la esperanza siempre fue la última cuerda a la que se aferran los que han perdido cualquier otra parcela de la fe.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo