Sí al Día de la Mujer, no a la huelga

La Comisión 8-M, plataforma apoyada por CCOO, UGT, PSOE y Podemos, ha convocado una "huelga de 24 horas estudiantil, de consumo y de cuidados", donde insta a no consumir productos femeninos y, en concreto, tampones. Como alternativa a los tampones, proponen la copa menstrual (mejor no pregunte). También que se elimine la brecha salarial de género; incluir en las selecciones de personal la "entrevista ciega", en la que el único referente es la capacitación de la persona, o reducir el uso de aparatos electrónicos (ordenadores, móviles, etc.), entre otras medidas.

Ese día, anuncian, pararemos "el consumo, el trabajo doméstico y los cuidados, el trabajo remunerado y nuestros estudios, para demostrar que sin nosotras no se produce, y sin nosotras no se reproduce".

Suena a catástrofe inminente, Titanic social. Y me ha costado, pero finalmente entiendo por qué todos los fenómenos metereológicos adversos, como tormentas, huracanes, ciclones, tifones y demás -ones, tienen nombre femenino (feminista, presuntamente).

Después de oír a Sofía Castañón, de Podemos, anunciar la llegada del temido Armagedon, sufro alucinaciones oníricas recurrentes, en las que veo una multitud de hombres zombis, vagando por inmensas llanuras, sin vegetación ni agua. "Sin las mujeres, se parará el mundo", ha dicho.

O a Irene Montero, de Podemos, (experiencia laboral: un año en Saturn) que acumula los cargos de adjunta de la Comisión de Derechos de la Infancia y la Adolescencia, diputada por Madrid y portavoz (portavoza, según ella), por los que cobra 6.000 /mes (más pagas y gastos), hablando de brecha salarial.

O Yolanda Díaz, de En Marea, que propone auditorias en empresas a partir de 10 trabajadores, y obligar a que haya órganos paritarios. "El talento debe ser recompensado" ha dicho. Estoy de acuerdo, señora, pero convendrá conmigo que en muchas ocasiones, el talento es absolutamente incompatible con la paridad.

Ada Colau, la de las violaciones inventadas: «Este es el siglo de las mujeres y el feminismo, hemos alzado la voz y no hay que parar, y decir que sin nosotras, se para el mundo, que basta ya de violencia machista, basta ya de discriminación y basta ya de brecha salarial". Toma activista.

Para no alargarme en exceso, me refiero solo a estas tres últimas demandas:

Violencia machista.- Basta con un dato. Es bueno que todos sepamos que las distribuciones de ayudas económicas están sujetas, y cito textualmente "al número de denuncias interpuestas por mujeres contra sus parejas y ex parejas por delitos de violencia de género". Ni contempla la violencia entre parejas gais y lesbianas, ni la violencia intrafamiliar en parejas iberoamericanas, ni tampoco el dramático porcentaje de hombres que se suicidan. Al respecto, Rob Whitley, investigador en psiquiatría, desveló que de los 58.000 suicidios anuales en la Unión Europea, 43.000 son suicidios de hombres, principalmente, de mediana edad. Y básicamente por situaciones de divorcio o separación, causas económicas, favoritismo judicial con las mujeres y por la demonización masculina.

Discriminación.- ¿En qué se sienten discriminadas? Pues, en que, salvo contadas excepciones, no hay mujeres directoras de diarios, Premios Nobel, Premios Cervantes, directoras de grandes bancos, científicas, presidentas de consejos de administración, etc. Exigen igualdad, si, pero ¿por qué sólo demandan los puestos de dirección y no todos los puestos? Por qué no ver a tantas mujeres como hombres, cavando zanjas, subidas a andamios, pescando merluza en Terranova, alquitranando carreteras cordobesas en verano, posteando en una mina, etc... Ah, que eso no.

Brecha salarial.- España es el vigésimo cuarto país del mundo en temas de desigualdad salarial. Islandia encabeza la clasificación. Le siguen Noruega y Finlandia. Ahora, PSOE, Podemos y Ciudadanos quieren seguir el ejemplo de Islandia, prohibiendo por ley, la brecha salarial. Aprovecho para apuntar otra brecha salarial importante, por si tienen a bien considerar: Salario medio sector público: 32.000 brutos/año. Sector privado: 21.000/año. Sin olvidar, ya puestos, la "brecha de víctimas de accidentes de trabajo". Más del 95% de las víctimas de accidente mortal de trabajo, son hombres. De todos modos, si pensamos que en 20 años empleadas y empleados (jerga feminista) serán desplazados por robots, el tema parece irrelevante.

En el año 2011, las diversas plataformas feministas recibían de los presupuestos generales del Estado, la nada despreciable cantidad de 31 millones de euros. Los próximos cinco años, recibirán, con el regocijo del Gobierno, 1.000 millones, 200 millones por año. Ahora, si consideramos que en 1.999 murieron 54 mujeres por violencia de género, mientras que en 2017, fueron 52 ¿debemos interpretar que estas cantidades ingentes de dinero solo han servido para editar panfletos disparatados, y son insuficientes? Me suena al timo de las ONGs. Venga a recibir dinero, venga a enchufar amigos, y al final, el dinero de las subvenciones no llega para los programas comprometidos.

La estrategia feminista, está claro, es la lucha contra el machismo estructural, acabar con el hombre, desactivarlo por confusión mental paralizante. Ahora, lo que no llego a entender es que mujeres con formación, criterio, personalidad propia, se dejen dirigir y manipular por un grupo de feministas hiper hormonadas (económicamente), que les ordenan lo que tienen que hacer y dejar de hacer, con sus vidas. Es alucinante e insoportable tanta presión feminista en cualquier orden de la vida, ya sean relaciones, trabajo o sexualidad. Intervienen en todo, lo planifican todo, juzgan y sentencian.

En cuanto a la excusa de defender a la mujer, es una chorrada más del populismo.

Una mujer ni es inferior ni superior al hombre. Somos iguales en cuanto a derechos, deberes y oportunidades. Y diferentes en cuanto a físico y en ciertas capacidades, por supuesto. Para muestra, la evidencia de que las ocupaciones más peligrosas, como son el ejército o las fuerzas del orden, el sector forestal, la pesca de altura, la construcción, la minería o la industria de petróleo y gas, son muy mayoritariamente, de hombres. Y no veo que ningún hombre se haya quejado de discriminación negativa. Y podrían hacerlo, por ejemplo los que son guapos contra los que somos feos (mi madre dice que soy el hijo más guapo del mundo, pero miente, me consta); los que cobramos la pensión mínima (40 años cotizados), contra los que cobran la máxima (7 años cotizados); los que tienen un coeficiente intelectual de 170 (Gerard Piqué), contra los que no llegamos a 100. Y así, un largo etcétera, pero para qué molestarnos. Ni nos interesa, ni nos van a subvencionar.

En medio de tanta demagogia y oportunismo ventajista, hoy ninguna feminista se acuerda del profesor Jesús Neira, quien, además de intentar defender a una mujer desconocida, o precisamente por eso, permaneció ocho meses en el hospital. Y casi pierde el juicio. Esto es España, un extraño lugar donde el okupa denuncia al propietario, en la Guardia Civil, por allanamiento de morada.

En día tan señalado, mi aportación al movimiento feminista, es este chiste que acabo de recibir por email:

"Accidentalmente le dije "Hola" a una feminista. El juicio empieza el viernes".