Pensiones: lo que nos robaron no volverá
Desde que el sistema público de pensiones, su sostenibilidad y el incremento de la media de las mismas, confundido por la señora ministra con la subida anual, está sujeto a opiniones diversas que no terminan de concretar cuál debería ser la fórmula mágica que concitara los deseos de unos, los pensionistas presentes y futuros, y las concesiones de otros, el Gobierno y la oposición.
Debo afirmar que ninguna de las voces de los doctos tertulianos ni de los sabios políticos y sus voceros aciertan a analizar y dictaminar con la suficiente profundidad y raciocinio, según mi humilde parecer, ya que cuando emiten sus conclusiones sobre el poder adquisitivo sólo tienen en cuenta el IPC general, sin coincidir con los cálculos que llevo realizando en los últimos seis meses. Según mis anotaciones, espero no haberme equivocado, mi pensión, que excede un 27% la media española, se consume de la siguiente forma:
-El 28% destinado a vivienda (alquiler, soy de los pocos raros que nunca deseó ser propietario de la misma).
-El 7% para suministros de gas, electricidad y agua.
-El 47% para alimentación, evidentemente se excluye todo aquello que en el mercado alcanza precios abusivos.
-El 12% para ocio.
-El 6% para vestuario e imprevistos.
Si comparamos el IPC que utilizan nuestros representantes y los parlantes de las tertulias con el que resulta de mi economía, que es incluso mejor que el de la mayoría de los pensionistas, el poder adquisitivo en estos diez últimos años ha sufrido un cuantioso deterjo. Si comparo mi pensión con el precio de las verduras la pérdida de poder adquisitivo es del 14%, si lo hago con las frutas la disminución alcanza el 32%, si utilizamos el precio de la energía mi merma llega al 51%. Nada que ver con las cifras barajadas por el Gobierno y la oposición.
Por otro lado, no he visto que nadie comente la repercusión en nuestras depauperadas economías de los importes de los gastos de farmacia, el famoso copago sanitario, los fármacos proscritos de la Seguridad Social, el material de curas, las gotas oftalmológicas, los hidratantes, etcétera. Dependiendo del importe de la pensión pueden representar la exclusión económica del perceptor.
El anterior Gobierno nos las congeló, reconozco que después de un importante incremento, y el actual nos despacha con un 0,25%, espero no caer en la demagogia si indico que con estos importes podían crear un fondo común, a imagen del que preconiza la aturdida, confundida e hipócrita Celia Villalobos, para asegurar así la pensión de nuestros nietos.
Durante este negro periodo o se olvidan de nosotros o nos desprecian, sólo somos un número que cada cuatro años es convocado, con falsas promesas, para que con nuestro voto los aupemos al poder. ¿Tenemos razones para la manifestación y la protesta? Creo que nos sobran y que hemos dado pruebas suficientes de estoicismo, aguante y solidaridad para que ahora nos intenten acallar unos y nos utilicen otros. En esto ni con azules, ni rojos, ni naranjas ni morados. Nos asisten la razón y la justicia; lástima que lo que nos han robado nadie nos lo devolverá.
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