La Nueva España » Cartas de los lectores » A Dios rogando y con el mazo dando

A Dios rogando y con el mazo dando

8 de Marzo del 2018 - JOSE LUIS PEIRA (OVIEDO)

Siguiendo una noticia me encuentro con algo que me deja de piedra. Resulta que me he enterado de que en Estados Unidos algunas aseguradoras han empezado a cobrar un plus o penalización por asegurar propiedades en zonas susceptibles de sufrir a corto daños por el cambio climático.

Naturalmente hay que contar con que todo esto se extienda y llegue aquí, incluso ya me extraña que aquí no esté ya implantado, tan amigos como somos de importar las mentecateces y despreciar lo fetén.

Pero la enjundia del asunto es otra: es lo aberrante que resulta, a largo plazo, la cultura capitalista. Pues es el capitalismo, por medio de sus soldaditos, incluyendo presidentes con primo y hablando de hilillos de plastilina, el que ha negado reiteradamente la posibilidad de un cambio climático. Amparados en la impunidad que les daba su discurso se han erigido a lo más alto del liderazgo mundial, negando, insisto, que el Ártico se derrita o que haya que tomar medidas drásticas ya, hoy, ayer, sobre las emisiones de Co2.

No tengo pretensiones de discutir si ese cambio se está produciendo ya o no, quizás, hasta es una cuestión de fe, nada más. Lo que quiero señalar es que la hidra, con una de sus cabezas lo niega y con la otra te lo va cobrando, por si las moscas. No estaría mal que los negadores de la cosa, ya que gobiernan, aquí, allá y en el ático del imperio, le dieran en las costillas con una vara, un decir, a estos oportunistas al grito de, cómo se te ocurre pedir pasta por esto si la verdad verdadera es que aquí no pasa nada, so ladrón. No se puede cobrar un impuesto para evitar el infierno, dado que en nuestras sociedades no se contempla que el infierno o el cielo existan por ley.

Pues no, porque eso sería pedirle catadura moral a una manera de pensar que dice que el Pisuerga pasa por donde ellos digan, porque todo vale, repito; todo, para obtener beneficio y si uno protesta le sueltan a los perros y son capaces de llamarle venezolano iraní feminista o algo peor. El poder, escribió Orwell, desgarra el entendimiento humano para después volverlo a reconstruir conforme a sus propósitos.

Entretanto, y entrelazando con esto del clima, me divierto con la noticia de las cofradías que se sienten insultadas porque les quieren cobrar las predicciones científicas exactas para sacar sus santos. No alcanzo a saber qué materia se perdieron algunos en el colegio, a ver; en la Fórmula 1 se gastan fortunas en saber si va a llover en la curva tres a las trece cincuenta y cuatro, también en los aeropuertos, los himalayistas... y a todos nos parece normal. ¿Por qué a algunos les chirría que ese esfuerzo fundamentado en la ciencia no les perdone el cobro a otros? Aquí se viene a ganar pasta, dice la norma, esa que tantos votan alegremente cada cuatro años, y eso afecta a los monoplazas chinos, a los cohetes de Cabo Cañaveral y a San Borondón, con o sin costaleros.

Por otra parte no deja de chocar lo de las procesiones; en tiempos se sacaban santos y dioses para que lloviera, o dejara de hacerlo, ahora, en cambio, se exige a la Ciencia, ese enemigo, que comparta su conocimiento para saber si la figura se va a mojar o no, que es lo único que interesa. Cosas de la vida. Carajo, si hay una posibilidad de que haga una magia, sácala para ver si detiene el cambio climático.

Estos y aquellos apelando a la fe y encendiendo una vela al demonio por si acaso.

Otros, en cambio, creyentes del desastre que se nos echa sin remedio encima, nos relegamos a segundo plano, impotentes, resignados, con la expectación de que si se viene la calamidad también los negadores caerán, no lo duden. Pueden ir adelantando el cobro de lo que les plazca pero, llegado el día, ¿quién les comprara sus juguetes 8G, sus rebajas de primavera o sus coches que te llevan a la felicidad sin que te enteres? ¿Quién habrá para pagar las pensiones o fichar delanteros cabeceadores? Frente a la indecencia y el egoísmo acudimos a Don Juan, que ser ateo y hasta rojo no implica atontamiento y, ante evidencias manifiestas, hacemos nuestro su exhorto:

Clamé al cielo, y no me oyó.

Mas, si sus puertas me cierra,

de mis pasos en la Tierra

responda el cielo, no yo.

Pues eso.

Cartas

Número de cartas: 49026

Número de cartas en Diciembre: 149

Tribunas

Número de tribunas: 2176

Número de tribunas en Diciembre: 4

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador