El hambre y la Cuaresma nos abren los ojos
Amigos, buenas noches. Hoy habéis tratado del hambre de los pobres, que desde 1969 recordamos que de cada tres personas que viven en el mundo como en España, dos se acuestan sin cenar y sin comer y que uno de éstos comen un mendrugo rebuscado entre la basura, que en la India todos los días se mueren miles de ellos de hambre y enfermedades; que en la nación más opulenta de la tierra, EE UU, hay legiones de hombres con lo mismo. Los de 15 años añadisteis “que junto a este vacío de los estómagos, está el vacío de los espíritus con hambre de cultura, hambre de felicidad y hambre de la verdad eterna de Jesús, El Señor”, y de repente los de 14 años recordasteis sus palabras antes de la “Multiplicación de los panes y los peces”: “Me compadezco de estas gentes con hambre”; y que “contra la propaganda que le habían hecho sus enemigos detrás de Cristo se iban las muchedumbres –en esta ocasión serían unas 15.000 personas–; desde aquel monte eleva Jesús los ojos y abarca toda aquella muchedumbre atraída por la fama de sus milagros y por el atractivo irresistible de su personas. Pregunta el Señor a Felipe, “¿dónde compraremos panes para todos? Como entendido Felipe responde: “Con doscientos denarios no hay para un pedazo a cada uno” (para comer calculamos se necesitan hoy 15.000 euros para dar un bocadillo). Andrés dice: “Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes y dos peces. Los de la Comunidad 13. ª añaden: “Jesús manda que se sienten en la pradera y que los apóstoles los vayan distribuyendo y como Jesús quería que tocaran el milagro con sus propias manos... “Ahora recoged los que hayan sobrado”; ¡y llenaron doce canastas! Las Comunidades 12. ª, 11. ª, 10. ª Y 9. ª añaden: El milagro hace impacto en la muchedumbre: un pensamiento difuso cristaliza y da cohesión a la masa que clama “Este es el Rey que necesitamos...”; ¡Situación comprometida para Cristo! Lo querían llevar en triunfo... “A hombros” gritó Pelayo... a Jerusalén con la connivencia de los apóstoles que veían con buenos ojos la cosa. Creían que en esto estaba el plan de Jesús: Aquí estaba el gran error. “Mi reino no es de este mundo”, dirá Jesús a Pilatos. Cristo manda a los doce subir a la arca y enfilar a Cafarnaúm. Hubo en ese momento un gran peligro para Cristo, porque en la Pasión le habían de acusar de querer hacerse Rey. Los de la 8.ª añadísteis: “1) Quizás también nosotros participamos de estas ideas materialistas del Reino de Jesús; 2) Quizá en la obra de nuestra santificación y de nuestro apostolado ponemos más empeño en lo exterior que en lo interior; 3) ¿Damos más valor a la eficacia que a la bondad?, ¿miramos más a lo que hacemos que a lo que somos?; 4) ¿Damos más importancia a la organización externa, a la técnica, a las encuestas y a las estadísticas que al Evangelio, el amor a los pobres y a Cristo Vivo en la Eucaristía? Los de la 7. ª, de 14 años: además descuidamos la oración, la unión con Dios, las virtudes solidarias cristianas y fomentamos muchos presumir de cristianos; por todo eso tenemos que fortalecer nuestra vida espiritual y la unión Dios, las virtudes solidarias cristianas y fomentamos muchos presumir de cristianos; por todo eso tenemos que fortalecer nuestra vida espiritual y la unión con Dios. ¡No hay que rechazar los medios externos que son instrumentos que Dios nos proporciona! Pero hay que estar convencidos que el alma del apostolado está en la valentía del alma para volcarnos en los pobres. “Las demás comunidades aportaron: “La fuerza misteriosa que puso en acción la omnipotencia de Cristo fue la miseria del pueblo: la miseria frente a la misericordia del Señor obró aquel milagro-misericordia que son panes y medicinas pobres y enfermos con y por nuestras manos; misericordia que es perdón, comprensión, benevolencia y corazón grande para que nos quepan todos; recordamos el texto del P. Granada que nos diste en el Buenos Días de hoy: “La misericordia hace a los hombres semejantes y amigos de Dios. Nos da derecho a la misericordia divina, alcanza el perdón de los pecados, es fuente de méritos, socorro oportuno en la tribulación, da eficacia a nuestras oraciones y será defensa nuestra en el Día del Juicio”. Y ahora os digo lo que hicieron dos grandes españoles, Gayarre y Sarasate: volvían del Teatro los dos artistas a altas horas de la noche. De un rincón oyeron una voz: “¡Una limosna por amor de Dios!”. Ambos dieron a aquel pobre hombre lo que llevaban en sus bolsillos, pero les pareció poco; entonces Sarasate vio que el mendigo tenía junto a sí un violín viejísimo. “¿Me dejas tocar un poco este violín?”. “Si sabe tocarlo, tóquelo”. A poco la calle se llenaba con las notas armoniosas del violín y con el canto de Gayarre. Los balcones se poblaron de gente y la calle lo mismo; ambos artistas, quitándose el sombrero pasaban entre sus admiradores gritando: “Una limosna por amor de Dios para este pobre hombre que no tiene donde pasar por las noches”. Los sombreros de ambos artistas se llenaron de monedas y de billetes con lo que el pobre violinista fue ampliamente socorrido.
DESTACADO: Todos los meses Cáritas y la Campaña contra el hambre de Manos Unidas avivan nuestra generosidad
Os pregunto: “Y nosotros, ¿sólo lo que nos sobra a los pobres? ¡No, más, los diezmos de lo que tenemos cada mes como nos pide el Señor!”. Emocionado leí lo que Miguel de Cervantes nos aconseja: “Encomiéndate a Dios de todo corazón, que muchas veces suele llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas”.
José Fuentes y García-Borja, canónigo de la Catedral de Oviedo
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