Feministas
Tras el éxito indiscutible de la pasada manifestación feminista por la "igualdad", alguno de los "iconos"(o tendría que escribir "alguna de las iconas") que participaron y aparecieron en los medios, en mi opinión, estaban mejor calladas. Me refiero especialmente a dos: Ana Rosa Quintana y María Teresa Fernández de la Vega. Ana Rosa colaboraría más a la igualdad si se desprendiera de alguna de sus muchas ganancias y pagara mejor a sus colaboradores más modestos, a los que, siendo autónomos, despacha con menos de mil euros al mes. Tampoco colaboró mucho en su faceta de escritora, pues compitiendo con escritoras menos conocidas por el gran público consintió que su libro fuera escrito por un negro (16.ª acepción de la RAE), que además lo plagió en gran parte para humillarla.
El caso de doña María Teresa es distinto; se presentó como luchadora y esforzada para alcanzar las metas que alcanzó, siendo falso todo su discurso. La única meta que alcanzó gracias a su esfuerzo fue la licenciatura en derecho y superar la oposición para secretario de Juzgado. El resto le vino dado a dedo por su afinidad política. Llegó a la magistratura por el llamado cuarto turno, "invento" del PSOE para promocionar a sus afines evitándoles competir en las "odiadas" oposiciones, o sea, "puro dedazo" ideológico. Después llegó a vicepresidenta del Gobierno no por su esfuerzo, sino porque el señor Zapatero la nombró. A él se le debe el mérito.
En su charla citó a la malograda doña Carmen Chacón recordando que llegó a ministra de Defensa por sus propios méritos. Tampoco es cierto, los méritos fueron del señor Zapatero, que también la nombró. Cuando la señora Chacón compitió fue superada por su colega el señor Rubalcaba.
Igualdad, sin duda, pero sin imposturas (segunda acepción de la RAE).
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