La intemerata
Pasé la jornada del 8-M(ujeres) colgado de la tele. No quería perderme la aparición de la Virgen María anunciada urbi et orbi o, por lo menos, a bombo y platillo por el cardenal Osoro. Por si alguien pensara que uno miente o exagera: "Comprendo que las mujeres hagan huelga el 8-M. Tienen que defender sus derechos. Lo haría también, lo hace también de hecho la Santísima Virgen María". Palabra de cardenal.
Mi gozo en un pozo. Ni atisbos de aparición. Aunque me sobresaltó en La Cuatro el resplandor de una dama casi fosforescente a la que el presentador, visiblemente arrobado, llamaba con insistencia Adriana Landa. Que resultó ser nuestra vecina Adriana Lastra en carne mortal. La señora que en La Sexta le recitaba a Ferreras las sevicias que la derecha les inflige a las mujeres, tampoco podía ser Nuestra Señora (la Virgen no gasta gafas). Era una exministra de Zapatero. La doncella modosita que manifestaba a la izquierda de Carmena era Rita Maestre.
La del sindicato de estudiantes, si le he entendido bien, acusaba al gobierno del PP de que la mitad de la población sean mujeres y de que estas vivan cinco años más que sus maridos, lo que prolonga su martirio. Desde luego, esta moza es la virgen. Pero no la que buscábamos. Aunque si bien se mira, cualquiera de esas damas podría serlo, dado que gozan del don de la bilocación: estaban a la vez en la calle y en los platós. A lo mejor la Virgen, en su infinita modestia, manifestó de incógnito. Como Carolina Bescansa y Tania Sánchez, invisibles por designio superior. Lo que no es verosímil es que la Virgen no participara, dejando en evidencia al cardenal.
¿El cardenal? Cuando las chicas de Pablo Iglesias entran en una iglesia, cantan a capella con mucho sentimiento: "El Papa no nos deja comernos las almejas". Osoro, que ya absolvió a Rita ("Arderéis como en el 36") por aquello de que "todos hemos tenido 18 años" (y el que no haya quemado alguna iglesia con los feligreses dentro, que tire la primera piedra), está tardando en intervenir para que la Iglesia abra la mano y las chicas de Iglesias se puedan poner moradas comiendo almejas. Con esa pastoral de buen rollito, La Sexta terminará retrasmitiendo la santa misa. Aunque sea desde el valle de los caídos.
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