En manos de quienes estamos...
No sé si alguna vez os pasó, yo estando en la playa me reí con esta escena en varias ocasiones. Esos atardeceres soleados, cuando varios bañistas permanecen sobre la arena o en sus hamacas, tendidos al sol, la marea va subiendo poco a poco, los más prevenidos optan por trasladarse y buscar otro rincón lejos del agua, otros aprovechan la cercanía de las olas para darse el último chapuzón, pero otros, rompiendo con el sentido común, arriesgan y permanecen en su sitio, impasibles, observando casi con desprecio a esos cobardes que huyen, hasta que de repente llega una ola traicionera, y el impertérrito patrón de hamaca acaba por el suelo, rebozado entre arena, espuma, con la toalla, fiambrera y termo desperdigada por la zona, para regocijo de los previsores.
Lo acaecido la semana pasada con motivo de la huelga feminista, me recuerda y mucho a lo narrado. Ciudadanos y PP quedaron con el culo al aire (si se me permite la expresión), al manifestarse claramente en contra de dicha huelga. Según Mariano Rajoy, la brecha salarial no es asunto del gobierno (cito literalmente: "no nos metamos en eso ahora"), sin embargo en países como Islandia, Alemania o Reino Unido los gobiernos legislan para que exista la igualdad en cuanto a salarios y oportunidades, cosa que dudo supiera nuestro querido presidente. Desde las filas azules se trató de tildar la huelga de "elitista, insolidaria" y afirmar que sólo contribuiría a enfrentamientos entre hombres y mujeres". Vimos a señoras como Cifuentes o Tejerina postularse como candidatas a hacer la huelga a la japonesa, algo que debo decir no me extrañó en absoluto, ya que pasar de no dar golpe, a llegar y fichar, media un abismo.
Lo que ocurrió a posteriori ya lo visteis, Rajoy descalificó a sus dos "damas samurais", se tragó sus palabras y lució el lazo morado, pese a que el color no realzaba sus atributos y desde sus filas días antes se repudiaba por relacionarlo con Podemos.
En el bando naranja, el candidato del IBEX se manifestó claramente contra la huelga, por entenderla como una huelga antisistema y anticapitalista, eludiendo el calificativo "feminista" para escudarse en alguna razón y no unirse a la mayoría. Arrimadas, por supuesto, se "arrimó" como era de esperar a la postura del patrón y declaró no compartir la intencionalidad política de las convocantes.
No fueron los únicos que dieron en cante en el bando naranja, ya que desde Extremadura, el portavoz del partido en dicha comunidad arriesgó al máximo, no sé si a sabiendas o por ignorancia, pero llegó a equiparar feminismo y machismo.
El fundador del partido, el sr. Arcadi Espada, tuvo los arrestos de calificar la huelga de "bobada" y afirmó que no había motivos para la movilización, negando la existencia de la brecha salarial... (una buena pena que no estuvieran cerca las kellys para que pudieran explicárselo).
¿Qué ocurrió al final? Pues lo que se veía venir, les pilló la ola. Albert Rivera acabó exigiendo medidas en los presupuestos para acabar con la desigualdad entre hombres y mujeres, y al igual que Arrimadas acabó colgándose el lacito morado. La señorita Villacís acudió a la manifestación en busca de su minuto de gloria, cosa que finalmente logró en forma de merecidísimo abucheo.
A estas alturas de la democracia somos mayoría quienes tenemos nula estima por la clase política, pero viendo lo visto ¿consideran ustedes que alguno de estos dos líderes-partidos es merecedor de su confianza?
Yo creo que observaré el oleaje y me daré los baños pertinentes, pero aconsejaría a los impertérritos a dejar de dar el espectáculo, porque a base de revolcones acaban perdiendo el bañador y el espectáculo que dan mostrando sus vergüenzas, no es apto ni tan siquiera para adultos.
Hay un dicho que reza: "En la política se ganan amigos de mentiras y enemigos de a de veras" yo creo que a estas alturas de la legislatura, después de los juramentos del uno, negando reiteradamente su apoyo a la investidura, para posteriormente convertirse en su flotador, y el incumplimiento por parte del otro de las 150 medidas exigidas, con sorna incluida por parte del sr. Hernando, nos muestran algo que era suficientemente visible antes de la investidura.
Vivimos en una democracia devaluada, el pueblo es soberano, pero a buen seguro que si deja de abusar del brandy, nos irá a todos-as mucho mejor.
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