Colapsando
El universo colapsará sobre sí mismo. Stephen Hawking siempre buscó una ecuación que lo explicase todo desde el origen del tiempo. Sir Roger Penrose buscó siempre una geometría espacial imposible capaz de representar la realidad. ¿Será premiado con el "Princesa de Asturias" sir Roger Penrose?
"Si las máquinas producen todo lo que necesitamos, el resultado dependerá de cómo se distribuyen las cosas. Todo el mundo podrá disfrutar de una vida de lujo ociosa si la riqueza producida por las máquinas es compartida, o la mayoría de la gente puede acabar siendo miserablemente pobre si los propietarios de las máquinas cabildean con éxito contra la redistribución de la riqueza. Hasta ahora, la tendencia parece ser hacia la segunda opción, con la tecnología provocando cada vez mayor desigualdad" (S. Hawking). ¿Una vida de lujo ociosa? No lo creo: activa, vocacional, creativa, y cooperante. Como la suya.
El problema hubiera tenido solución si se hubiera prestado atención cuando la socialdemocracia alemana lo estudió en Munich en 1956 bajo el tema: "La revolución de los robots". En cambio se estableció el: "no pasa nada". El Club de Roma avisó, George Soros alertó, y la gente sin empleo cambió de ocupaciones productivas a otras. En 1930, en EEUU, el Estado ayudó con obras públicas. La segunda guerra mundial llegó para resetear. ¿Puede ayudar el Estado si las obras públicas las hace "la máquina"? Es corrupción conceptual.
En este norte, las tecnologías de la automatización: oleohidráulica, neumática, robótica, sensórica, PLC..., apenas son mera información de catálogo sin formación profunda; ni laboratorios de pruebas para investigación, o fabricación propia, o búsqueda de aplicaciones. Aquí todo el mundo quiere organizar. El mundo dispone de robots y de una IA "Robot Todai" que supera las pruebas de acceso a la Universidad. ¿Cuánto se deberá estudiar para superarla en un empleo? A organización, logística y matemáticas, no la ganará nadie. Siempre tomamos decisiones convenientemente inadecuadas. En plena crisis, una agencia local pagó a una empresa experta en prospecciones de empleo: el informe decía que la ocupación del futuro sería reponedor en supermercados. En Seattle, ha abierto una gran superficie sin ningún empleado. Cualquier tarea activa, organizativa o de logística, la decide y ejecuta "la maquina" mejor que cualquier persona. Pero la actividad humana, con el sinsentido de su avariciosa locura, nunca se detendrá. Sir R. Penrose, inspirado por su padre siquiatra, investiga para encontrar dónde se aloja la conciencia y si ésta pasa al Universo como información cuántica a la muerte. Atados a la noria del móvil, sólo los que tengan posibles podrán curar la enfermedad que les diagnosticará su propio móvil; el resto, la gran mayoría, tendrá el diagnóstico pero no la curación.
Las sociedades que no corran con "la máquina" colapsarán opacas en la fatalidad (África se ha convertido en un lugar opaco de gentes que intentan: o llegar al norte a morir ahogadas, o morir de pura fatalidad). Los inteligentes y su IA, se lo quedarán todo antes de colapsar también: es ley natural. El corcho flota sobre el agua, el universo visible sobre la materia oscura, y la conciencia es la isla de Utopía en la mar de un no-tiempo. Las sociedades escandinavas del norte son más felices: todos pagan los impuestos necesarios para serlo.
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