¿Hasta qué punto es rentable un coche eléctrico?
A día de hoy cada vez es mayor la parte de la sociedad que a la hora de querer cambiar su vehículo personal se preguntan si elegir uno eléctrico o uno de motor térmico convencional. La indecisión aparece al plantearse lo siguiente; ¿hasta qué punto es económicamente rentable y cuáles son sus mayores limitaciones?
Sí, la tecnología ha avanzado mucho durante los últimos años, y sigue haciéndolo a diario y gracias a ello, hay actualmente opciones de transporte más ecológicas como los vehículos sin combustión interna, los coches eléctricos. Son muchas las ventajas que nos pueden ofrecer: no contaminan, ofrecen un ruido muy bajo en el habitáculo en parte gracias a la ausencia de un motor de combustión, son capaces de otorgar una gran aceleración, además de disponer de un mantenimiento más económico debido a la falta de ciertos componentes frágiles que sí llevan los automóviles tradicionales y estos no (caja de cambios, refrigerante, embrague, correas de distribución...)
En cambio, a la hora de la verdad, son muchos los factores a tener en cuenta a la hora de adquirir un vehículo eléctrico. Para comenzar, lo más importante a destacar es que para poder comprar y darle uso a un coche de este tipo, se necesita disponer de un garaje privado en el que se pueda recargar puesto que no hay puntos de carga en todas partes, además, los coches eléctricos comparados con sus respectivos modelos de combustión tienen un coste inicial bastante mayor. También es importante saber que el uso de estos automóviles está muy restringido pues sus escasas autonomías no permiten viajar con ellos.
Analizando ciertos datos, como el consumo, el combustible, ayudas del gobierno, gastos de parking, impuestos y mantenimiento, teniendo en cuenta que estos son coches utilitarios, cuyo uso queda limitado a la ciudad, se puede deducir que los coches eléctricos comienzan a ser rentables a partir del sexto año, haciendo una media de 30,000 kilómetros anuales, a partir del cual sus precios iniciales elevados, se contrarrestan con sus ahorros en combustible y ayudas.
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