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La PPR ¿Venganza o justicia?

28 de Marzo del 2018 - Rufo Costales (Oviedo)

Es por todos conocido que en 2015, el ejecutivo del PP aprobó, con su mayoría absoluta, la "Prisión Permanente Revisable". En el ámbito político, las posiciones han ido desde la abstención de Ciudadanos, hasta la oposición del PNV y partidos de izquierda.

La PPR es una figura avalada por el TEDH que la declaró ajustada al Convenio Europeo de Derechos, y está recogida en los códigos penales de la mayoría de países de nuestro entorno. Todos ellos sociedades civilizadas, democráticas y modernas como Alemania, Francia, Italia, diversos países nórdicos, etc., y hasta con gobiernos de izquierdas.

Mientras, la sociedad española, conmocionada por crímenes muy mediáticos, de todos conocidos está muy mayoritariamente (por encima del 80%) a favor de esta medida. No es el caso de partidos como PSOE o Podemos, los cuales desprecian olímpicamente a esa gran mayoría, cuando, y esa es la paradoja, en temas diversos, recurren al slogan cansino de "las consultas a los ciudadanos", "lo que digan los ciudadanos". Populismo del bueno.

Es llamativo, es cínico, y es ventajista, posicionarse en derogar una ley (vaya, es del PP) que posibilita que los asesinos de niños, violadores múltiples, psicópatas criminales y terroristas se pasen toda la vida entre rejas, si no han demostrado que están recuperados, listos para reinsertarse en la sociedad.

Desde su aprobación, hace tres años, y hasta la actualidad, solo David Ouble, el parricida que asesinó a sus hijas (de 4 y 9 años), con una sierra radial y un cuchillo, ha sido condenado a esa pena.

A rebufo de esta polémica, algunos "lo han hecho" fuera del tiesto.

Vomitivas y oportunistas me resultan frases como las pronunciadas por Juan Carlos Campo, juez y socialista, en el parlamento: "Sin esta pena ganamos a ETA, y con ella perdimos a Gabriel", y "La sesión parlamentaria tiene sabor a rabia, ira y venganza"; el poeta Luis García Montero: "Todos somos Ana Julia Quezada" y "Veo maldad, odio y raptos de bajeza en quienes piden la cadena perpetua, para la asesina del niño Gabriel Cruz"; Nacho Escolar: "El discurso del odio contra Ana Julia, es por ser mujer, inmigrante y negra".

Sanidad tendrá que poner los medios para detectar la grave epidemia de "fecaloma cerebral" que nos invade.

El ínclito Pablo Iglesias debería explicarnos al "lumpen", ávidos de escuchar su belicismo verbal, dónde coloca el listón ético, cuando se niega a reunirse con los padres de Diana Quer y Mari Luz Cortés, mientras se hace fotos con los familiares de los terroristas de Alsasua. Y es el mismo Iglesias, al que apodan "gafe diabólico", quien con su socio, Alberto Garzón, celebra públicamente las condenas a cadena perpetua de ex militares argentinos, al tiempo que repudia la prisión permanente revisable (se alegra, dice, por las víctimas y familiares). ¿Y las víctimas y familiares de nuestro país le deprimen, entonces?

El derecho a la reinserción social es incuestionable, pero ¿qué sucede si alguien que ha cometido horrendos crímenes, pasados los años, no está reinsertado? ¿Se le pone en libertad, sin más? ¿Exponemos a la sociedad a un peligro cierto? ¿Estamos locos? Confirmado el asesinato del pequeño Gabriel, con premeditación y alevosía ¿Qué pena les parece adecuada para su asesina? Ustedes, los de más arriba ¿tienen o piensan tener, hijos?

La prisión permanente revisable no tiene función preventiva, sino punitiva. Hay determinados delitos que por sus características de crueldad, ensañamiento y vulnerabilidad de las víctimas, causan repugnancia y alarma social.

La sociedad, siempre que existan psicológicamente posibilidades, puede y debe hacerse cargo de los delitos menores, pero no de las sicopatías, porque las conductas psicopáticas son imposibles de modificar. Un sicópata no tiene sentimientos, ni remordimiento, ni amor, es frío, calculador, se siente superior a sus congéneres, está por encima de la ley, de las normas... Un asesino en serie, un violador reincidente o un terrorista con delitos de sangre sin arrepentirse, no pueden reinsertarse, porque constituyen un peligro para la sociedad. Es así de terrible y de duro. Hay grados de psicopatías, cierto, pero la estructura es la misma.

Cuando hablamos de la PPR estamos hablando de asesinatos, y demandando justicia, no venganza. Las víctimas simplemente, dejan de vivir. Las familias que se quedan llorándolas, sufren una durísima prisión permanente de por vida, sin revisión posible, sin consuelo. De eso hablamos.

Por este motivo, el 80% de españoles creemos que para casos de terrorismo, pederastia o criminales en serie, sí debe existir la prisión permanente revisable (PPR), de modo que tras los años de condena que sentencie el juez, haya una valoración psicológica y social del delincuente, que determine si está o no, en condiciones para la reinserción.

Ya tenemos tres patas para conformar la mesa de la oposición: PNV, PSOE, Podemos. Nos falta una: La Iglesia.

¡Por Dios! No podía faltar. El Departamento de Pastoral Penitenciaria de la Conferencia Episcopal también se ha manifestado en contra. Asegura que "encerrar a una persona bajo la pena de PPR, es matar la esperanza, es romper el horizonte de futuro, pues no puede hacer un proyecto de vida ni un plan de futuro. Se mata la esperanza, el futuro, los proyectos a largo plazo".

Hombre, creo que sería más comprensible si se refiriera a las víctimas ¿no? Mire. Solo tenemos que cambiar la primera palabra "encerrar", por la palabra "matar", y todo cobra sentido.

Luego incluye citas de los papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, y se refiere a apartados concretos de la Biblia. Dice: "El Evangelio de Jesús es claro, igual que la frase de Concepción Arenal: "Condena el pecado (en este caso el delito), pero compadécete del pecador (del delincuente)".

Sin embargo, releo el Antiguo Testamento, y no parece ir en esa dirección:

(...xodo 21:25) "Quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe".

(Levítico 24:20)"Fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; según la lesión que se le haya hecho a otro, se le hará".

(Deuteronomio 19:21) "Y no tendrás piedad: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie".

¿En qué quedamos? Y eso, por no referirnos al infierno, donde la pena es claramente, de cadena perpetua no revisable. El mismo Dante, en la puerta misma del infierno, sentencia: "Perded toda esperanza los que entráis".

Finalizo. Nuestro cerebro nos engaña haciéndonos creer que las cárceles españolas que deseamos para delincuentes peligrosos, son mazmorras medievales, o un nuevo Guantánamo. Pero nada más lejos de la realidad. El penal de Málaga II, por ejemplo, modelo de otros 33 penales similares a lo largo de la geografía española, parece un hotel de lujo. Y aunque estar privado de libertad no es, por supuesto, ningún beneficio, cuentan con módulos residenciales, de aislamiento, de ingreso, enfermería, piscina climatizada y gimnasios cinco estrellas, entre otros. Por animar.

P.D. Señores gobernantes, así desearíamos que fueran todos los geriátricos de este país, los públicos y los privados, que tengan a bien acogernos, cuando sea menester.

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