Berridos

Señores consejero de Sanidad, gerente del HUCA, gerente del SESPA: respecto, decencia, conciencia.

Sin una dirección clara, precisa y concisa, nada suele funcionar. Sin un mínimo respeto institucional, tampoco. Sin la necesaria disciplina, nada es eficaz. Sin la autoridad moral, lo mismo. Y podría seguir escribiendo condiciones morales durante un folio entero, pero no compensa.

Esta semana he denunciado a la Consejería de Sanidad ante la Agencia de Protección de Datos. Cierto es que denunciar una y otra vez las cosas es molesto, aburrido, cansino… pero necesario. La tristeza es que sólo se denuncian hechos graves y pocos. Se llama falta de educación en derechos y deberes, falta de conciencia ciudadana, cuestión que le viene muy bien al poder: la burrez de las masas protege a los que cobran del erario público. Las masas sólo se enfadan cuando los azuzan por temas económicos, pero en cuanto a derechos y deberes sanitarios, los azuzan poco.

El motivo de la denuncia a la Agencia de Protección de Datos (que no pasará nada, a un autónomo lo fríen a poco que meta la pata y sin querer, a estos nada de nada) es que se llamea berridos a los pacientes. Berridos que ni al ganado de los Picos. Se diga a berridos su DNI su domicilio e incluso datos tales como si se han hecho o no X prueba. Es evidente que atenta contra la norma que rige tales actos en el ámbito de la protección de datos y también es evidente que se considera poco al enfermo como enfermo/persona. Poner de relieve esto ante el administrativo que tal hacía me costó un susto de muerte: cuando entré a hacerme la prueba salió de su puesto de trabajo y los gritos e improperios fueron absolutamente aterradores. No en el sentido de temer físicamente por mi integridad, eso se me pasó rápido, fueron aterradores al ser claves en la detección de un problema que he reseñado anteriormente: ganado, así parece que se considera a un ciudadano. Cuando la Administración pública no es respetuosa, transparente y cuando alguien que cobra un sueldo público se atreve a esto y tal hace, el sistema está corrupto: de principio a fin. La corrupción no es solamente robar del erario, es corrupción el mal desempeño de la función encomendada, pervirtiendo ese cometido en y soy el que manda y tu a mí no me puedes decir nada, o te mando al rincón… Se acentúa ese comportamiento moralmente corrupto cuando se trata de establecimientos sanitarios. Ahí, las personas no es que vean sus derechos pisoteados, que también, ahí habitualmente los cedemos de manera mansa por miedo. Hay una cesión tacita de derechos, hay un comportamiento dócil totalmente como consecuencia de la indefensión sicológica que sufre cualquier paciente o persona que acuda a efectuarse una prueba médica. Por pequeña que sea. A mí me aterrorizan las radiografías de tórax, cuestión que puede parecer idiota, pero no para mí. En el aspecto de derechos y deberes no sólo no hemos avanzado, el retroceso es cada día mayor. Desparecidas las comisiones de Bienestar, de Participación, el sistema sanitario español es cada día más imperfecto y menos público. El miedo que en privado demuestran los que deben tener autoridad y firmeza ante los problemas planteados cuando dicen sindicatos, deja de manifiesto la podredumbre institucional que ahoga al pueblo de España. Es una noria que da vueltas y vueltas volviendo siempre al mismo punto de partida. Los enfermos/usuarios son relegados poco menos que a la antigua idea de hospital/caridad, tal y como nacieron en un principio. Y no es eso, no lo es ni debe de ser así.

Por ello, cada día voy a los centros sanitarios con más miedo. Me explicaré y los lectores lo entenderán perfectamente. Al escándalo montado por un funcionario público hace semanas, se unió el de ayer. Ver mi nombre o reconocer mi voz, empieza a ser para mi situación de alto riesgo en las instituciones sanitarias. No diré que tengo miedo, un poco sí, no mucho, lo que tengo es una tristeza infinita que atenaza más que el terror. Desde hace años esto no me sucedía, pero ha regresado con fuerza y ni el consejero, ni el gerente del SESPA, ni el del área 4 le ponen coto. Presidir una Asociación de Usuarios de la Sanidad y haber logrado cosas que muchos ciudadanos asturianos ni conocen, pero se benefician de ellas, no puede suponer que yo tenga temor ni sea tratada a la baqueta o tenga que escuchar lo que no debo. Ayer una funcionaria de la secretaría del Consejero me colgó el teléfono, sin más, colgado. Esta situación no la sufrí jamás. Siempre los consejeros, del partido que fuesen, los gerentes, ponían coto a situaciones indeseables como la que relato. Si se daban, duraban poco. A día de hoy crecen. Jamás un gerente de un hospital dejó de atender o devolver la llamada efectuada desde esta asociación. A día de hoy jamás lo hacen. Es tal la prepotencia que asusta. Lo que deben tener claro estos no servidores públicos, estos ineptos totales, es que ellos pasan y esta asociación, sin subvenciones, cediendo aparatos a la sanidad pública para disfrute de todos los asturianos, permanece. Cuando estos seres se bajen o los apeen del coche oficial, van a darse cuenta de los pocos amigos que tienen y eso duele.

Señores lectores: no olviden jamás que tienen derechos, que no son ganado, que son el pilar del Estado, que somos más que ellos. El día que España tenga claro esto mejorarán muchas cosas. Y si tienen miedo o problemas, llámennos, estamos siempre junto a ustedes aunque muchos ni nos conozcan ni nos vean.

Listado de algunos aparatos cedidos por ASENCRO a la sanidad pública asturiana:

Fibroscopios a Otorrino HUCA. Ecógrafo e histeroscopio a Ginecología HUCA. Láser a Urología del HUCA. El escáner de Arriondas usado hasta hace un mes aproximadamente. No pondré el resto de aparatos, pero sí reseñar que desde el traslado, y pese a pedir reiteradamente que se nos enseñen, no los hemos podido ver y son propiedad de ASENCRO.

Intentar amedrentar a la cara visible de esta asociación es desconocer totalmente su funcionamiento, es desconocer lo que nos impulsa a trabajar gratis por los enfermos y usuarios y es, en definitiva, una falta de los mínimos valores que rigen una sociedad democrática y cívica. Como he dicho, el día que los desalojen de sus despachos se verán solos. Lástima que no suceda de inmediato, son ustedes realmente muy inútiles.

Susana Pérez-Alonso García-Scheredre, presidenta de la Asociación de Usuarios de la Sanidad del Principado de Asturias (ASENCRO), Oviedo