Sigo deseando lo mismo: Sporting y Real Oviedo
Hace dos meses aproximadamente escribí mi opinión sobre el derbi, no porqué acerté me anima a volver a decir algo, ya que en cuestión de futbol todo cambia cada domingo. Pero recuerdo que el Real Oviedo mereció ganar al Sporting, un Sporting acongojado, flojo y apático.
Después del partido salía reforzado el Real Oviedo, le sacaba ocho puntos al eterno rival. Y mi opinión fue que el Sporting tenía que cambiar y podía hacerlo. Decía que, el Real Oviedo estaba, pero tenía dudas sobres su futuro por el entrenador y su juego ramplón, de presión y falto de juego. El Sporting al contrario no estaba, pero le esperaba, me daba más confianza Baraja que Anquela para los retos venideros de sus respetivos equipos. Una semana después ganó Sporting en casa al Numancia haciendo un partido soberbio. Y el Real Oviedo perdía en Cadiz sin merecerlo, pero ese fue el fin del ciclo de Anquela basado en una presión sin fundamento y juego sin calidad y claridad cuando se tiene el balón.
¿Sigo pensando lo mismo? ¡Sí! El Real Oviedo por mucho que ustedes quieran a este buen Señor de entrenador, el equipo no da sensación de mejorar lo presente. El domingo ganó, pero el futbol lo puso el Granada.
Sin embargo el Sporting logró componer un once ideal que da gusto verles: Mariño, Calaviera, Guitián, Juan Rodríguez, Canella, Alex, Sergio, Carmona, Rubén García, Jony y Santos.
Un portero que da seguridad, los centrales recios y sin alardes, dos laterales que se suman y complementan con Jony y Carmona haciendo dos alas soberbias. Un Bergantiños que nos hace olvidar a los grandes en ese puesto, lo arrebata todo y no pierde un balón. Sergio, la calidad al servicio del equipo (dos medios que la temporada próxima volarán del Sporting). Los delanteros, que decir sin recordar al Málaga perdido en la cola de la clasificación mientras Jony y Santos hacen las delicias de la afición en el Molinón del Brujo. Una mención aparte merece Rubén García. Aporta infinitamente más de lo que vemos. ¿Qué dudas me trae? Las sustituciones. Ninguna aporta la consistencia del original.
Tengo una espina clavada con Carlos Castro, le disminuí cuando el derbi, pero visto lo visto con Nano y compañía, Castro debe ser el primer recambio del Sporting. Al menos aporta lucha, corre con sentido y le gusta oler el gol. Nano parece que corre, pero los defensas contrarios llegan siempre antes, cómo no queriendo llegar allí donde se cuece el meollo de la cuestión: el área rival; cuando lo hace, este chico se pone nervioso y chuta el balón como lo sí su mente se aturullara y las piernas no decidieran hacer sencillo lo fácil que lo tenía. Un buen jugador hace de un imposible una jugada de peligro; un mal jugador convierte lo sencillo en un desperdicio de jugada.
Terminaba mi opinión de aquella con: Suerte al Real Oviedo y al Sporting. En esta Asturias decadente, en descenso imparable en calidad de empleo y futuro, donde no hay políticos capaces de ilusionar y trabajar por remediar su gestión nefasta, necesitamos al menos el revulsivo del fútbol. Dos equipos en Primera División levantarían la moral y el prestigio perdido en las demás facetas por un Gobierno y una oposición de lo peor que nos podemos encontrar, ¡que ya es decir! Pues nada cambia, sigo deseando lo mismo.
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