Sobre el uso del bable
Asturias es una gran y hermosa región de España. Pocas regiones españolas gozan de una geografía tan espectacular, de una gastronomía tan rica y variada, y de una gente tan amable, sincera y acogedora.
Cada vez más personas de toda España vienen a visitarnos atraídas por todas esas características, siendo recibidas con los brazos abiertos por los asturianos. Todos los visitantes guardan un grato recuerdo de su estancia entre nosotros.
El idioma español nos sirve de medio de comunicación común, y evita cualquier dificultad en nuestras relaciones. Algo que sí ocurre cuando los visitantes son extranjeros, y que intentamos solventar de la mejor manera posible.
Pero ahora resulta que a algunos asturianos se les ha ocurrido la brillante idea de promocionar el bable, un dialecto utilizado de forma espontánea e irregular en algunas comarcas asturianas, es decir, se empeñan en construir una barrera lingüística.
¿A quién beneficia esa barrera? ¿A nuestras relaciones con el resto de los españoles? ¿A nuestros intereses económicos? ¿A la comunicación entre los propios asturianos? Mucho me temo que no beneficia a nadie, excepto a sus promotores.
Son sus promotores los que aspiran a ocupar los mejores puestos en las escuelas, institutos asturianos y universidades asturianas, en las radios y las televisiones autonómicas, y en los cargos de responsabilidad política, una vez logrado su objetivo de hacer obligatorio el uso del bable.
Es el mismo proceso que iniciaron los vascos y los catalanes hace varias décadas, y no hace falta explicar hacia dónde les ha llevado esa política lingüística. ¿Quién, en su sano juicio, quiere seguir el mismo camino?
Por el contrario, sería de suma utilidad dedicar todo ese esfuerzo a estudiar idiomas extranjeros, especialmente aquellos que se hablan en nuestros países vecinos, que es de donde proceden muchos de nuestros visitantes.
La razón debe prevalecer sobre los sentimientos más primarios. Sentirse orgulloso de ser asturiano tiene muchas razones lógicas. Poner barreras lingüísticas entre nosotros mismos, o entre nosotros y nuestros visitantes, ninguna.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

