Animalistas en dos cursos de verano
Asturias es una región minúscula con grandes peculiaridades con respecto al resto de España, protegida al Sur por la cordillera cantábrica y limitando al Norte con el mar cantábrico, con dos alas Oeste y Este de menor consideración. Tiene Asturias un clima donde las cuatro estaciones están bien diferenciadas sin que las temperaturas tengan extremos a considerar. Por esa suerte de geografía, relieve, clima e hidrografía confiere a este minúsculo paraje una fauna y flora variada; lo que hizo merecedora de múltiples reservas naturales y parques protegidos, lo cual ya antes supieron proteger espacios a considerar sin los actuales ecologetas y animalistas que no conformes con los variados espacios protegidos pretenden hacer un todo al servicio de sus intereses que no son otros que adueñarse de fincas, caminos, veredas, montes, matas, mayaos, majadas, manantiales, etcétera. En una palabra allí donde habitan los lugareños, dueños y usufructuarios del lugar llegar ellos y meterles los osos, lobos y jabalíes a la puerta de casas, cuadras, huertos y prados, que se coman sus frutos, pastos, cosechas, animales domésticos y hasta que suceda lo porvenir, que un animal tan descomunal como el oso con un zarpazo o una dentellada desgracie a cualquiera que se encuentre en el camino.
Quiere decirse que ¡ya está bien! ¿Hasta dónde pretenden llegar? El medio ambiente, la naturaleza hay que protegerla, pero dando espacio a las personas. Si para proteger ositos las familias tienen que vivir con temor constante o marcharse a la ciudad dejando su medio natural y propiedades ¿ese será el limite señores ecologetas? O quizás luego como pasó con los espacios protegidos, no les vale y avanzarán prestos y dispuestos expandir esa línea a orillas del mar cantábrico porque sus ositos, lobitos y jabalíes requerirán espacios cada vez mayores. Además por consideración y respeto a las gentes de los pueblos, ya que, allí donde existen pisos, urbanizaciones y calles asfaltadas, en su día también era lugar de bestias salvajes aún mayores que las que decidieron endiñarnos en tan poco espacio de terreno.
Me gustaría verlos tan prestos y dispuestos tratando de gestionar e introducir alimañas en esos latifundios de tantos latifundistas que heredaron de no sé qué forma y derecho miles de kilómetros cuadrados donde no se utilizan de manera eficiente todos los recursos que ellos atesoran. ¿Por qué no van a las fincas inmensas de esos señores a implantar esa forma de defensa del medio ambiente y les introducen, no osos, pueden empezar la cadena por arriba con leones, cocodrilos y rinocerontes?
Son una incongruencia en todo, defienden unos animales, pero allí donde ustedes habitan, no dejan bañarse osos en su piscina privada, no dejan pastar alimañas de ningún tipo en su parcela de césped finito; matan las moscas, cucarachas, envenenan ratas y se comen mariscos cocidos vivos sin ningún reparo. Cierran espacios alrededor de su chalet para que no entre nadie, al mismo tiempo que en los pueblos les sueltan las bestias a la puerta de su casa. La naturaleza no se puede usar a la carta, ustedes no defienden la naturaleza, solo sus intereses. La naturaleza abarca casi todas las cosas, incluidas las personas y resto de animales, si la quieren defender, empiecen por su incoherencia e hipocresía. En Asturias protegemos más que nadie el medio natural, o acaso olvidaron eso de "paraíso natural" lo que no comprendemos es meternos bestias tan peligrosas como lo osos que nos complicarán la vida cómo nadie sabe ahora precisamente que se necesitaba volver a las raíces por la falta de trabajo para todos en la ciudad.
Todo consiste en despojar a las gentes de los pueblos de sus propiedades, esas gentes que ustedes sibilinamente las definen cómo cultura ancestral, donde habitan los seres más alejados de la educación, cultura y divulgación científica. En una palabra, que hay que nacer y ser de ciudad para parecerse a ustedes, todos científicos al servicio de la naturaleza aunque solo la vieran por la ventana, ya que si no, no hablarían de esa forma. Van por los pueblos sembrando su semilla devastadora, al igual que lo hicieron los independentistas en Cataluña: colocan alguno de los hijos de los vecinos de guarda forestal, negocios que se refuerzan con visitantes que se van colando y fraguando con su proyecto, que no es otro que despojar de vecinos a los pueblos para implantar el descontrol de Oosos, lobos, jabalíes, etcétera, que sean estas bestias las que dominen ese paraíso de eterno sueño primaveral donde ven un filón que no dejarán escapar ahora que ya tienen todo a su favor: administraciones, vecinos y organismos internaciones que ven cómo las familias empobrecen, se arruinan y malviven y les ponen alfombra roja a las alimañas que les privan de tranquilidad y medio de vida.
Asturias no puede albergar osos por su peligro al estar tan cerca de las gentes, tampoco manadas de lobos y piaras de jabalíes sin control y regularización. Si no entienden eso, y lo mezclan con defensa de la naturaleza, es que las personas no forman parte de esa naturaleza en su mente. Ustedes solo aprovechan ese filón de subvenciones, colocaciones y protecciones en su propio beneficio, el resto les importamos una mierda.
Un saludo. Todo es posible, siempre que nadie imponga su criterio por dos cursillos de verano.
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