EL NOVIO DE LA MUERTE
Ver a cuatro ministros del Gobierno de España (Justicia, Interior, Defensa y Educación/Portavoz) cantando a pecho descubierto "El novio de la muerte" y guardando respeto a unos descerebrados que desfilan con un Cristo a hombros en actitud de desafío a quien se ponga por delante, le pone a uno la "piel de gallina" y el miedo en el cuerpo.
Más allá de que vivamos en un país, cuya Constitución proclama la laicidad del Estado (a ver si nos enteramos, señores del gobierno: laicidad quiere decir que el Estado es respetuoso con todas las religiones y no promueve ninguna, tomen el ejemplo de Francia) y que, constantemente el Gobierno del partido popular incumple la Constitución actuando como si viviéramos en un Estado teocrático, donde la injerencia de la Iglesia en la cosa pública es asfixiante y vergonzosa; más allá de todo ello, ver a los ministros cantando tan repugnante canción, nos traslada a la Salamanca de 1936, donde la ignorancia, el odio... el fascismo dejó helado el corazón de la España decente (como a Machado) bajo el grito de ¡viva la muerte, muera la inteligencia! proclamado por Millán Astray en el Paraninfo de la Universidad.
No nos hemos recuperado de aquella coz. Los herederos de Millán Astray continúan desfilando en los actos patrióticos/religiosos de estas dos Españas, recordándonos que Franco no ha muerto. Es el único país de la Unión Europea cuya Ministra de Defensa decreta tres días de luto por la muerte de un hombre que murió hace 2018 años, que para unos representa el sentido de su vida, pero para otros, admiración, respeto... o nada. Es la "marca España". Este gobierno está durando demasiado. En algunos aspectos volvemos a la España preconstitucional, a la España en blanco y negro que creíamos superada.
40 años de democracia y nadie pone coto a éste atropello que representa la presencia de ministros del gobierno entonando "el novio de la muerte"; a éste insulto a la inteligencia, a ésta aberrante manifestación de machismo, agresividad, prepotencia y mal gusto.
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