Indultos
He leído en su periódico que en la "Procesión del Indulto" no se había indultado a ningún preso, y que lo mismo había pasado el año anterior.
Recuerdo que en Oviedo, una ciudad tan poco procesional, ésta era una procesión inquietante y con mucho morbo para mí, desde luego, y estoy segura que para muchos también, con los reos arrastrando las cadenas y todos imaginando las caras que tendrían:
En aquella época los presos, para mí, eran como los borrachos, gente que daba muchísimo miedo.
No crean ustedes que quiero liberar a violadores, o a esos que matan al por mayor, ni por supuesto a los corruptos, claro que éstos están todos en la calle, y jamás arrastrarían esa clase de cadenas tan bastas.
¡Pero, por favor, señores! ¿No hay nadie en la cárcel con fechorías menores, que estarían felices de irse un poco antes a la calle?
Todos somos un poco delincuentes, y el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
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