¿Happening?, qué dirían los ingleses
¿Qué está sucediendo? ¿Qué nos está sucediendo en esta sociedad española, donde se ha desencadenado una violencia en actitudes, palabras, hechos de toda condición? Secuestros, asesinatos impresionantes y a todo nivel, pero en especial a las personas más vulnerables como son mujeres y niños; sí niños, ¿cuántos sin aparecer? ¿Por qué no aparecen con los sacrificios que se realizan en su búsqueda? ¿A qué se les puede destinar? La muerte de “pescaíto”, de Gabriel, ha levantado ampollas en todo el país y nos ha traído al recuerdo tantas otras víctimas, sus familiares y apoyos que continuamos sufriendo. Un culto al cuerpo tan impresionante que llega a degenerar, y se aprecia en los abusos sexuales “en manada”, cosa que no se observa ni en los animales. El odio, alimentado en los corazones y sembrado por doquier. Violencia en la calle entre grupos de jóvenes de ambos sexos, y ya de niños, incluso de grupos significativos. Armas de todo género en el deporte, que era lo más sano que conservábamos.
De palabra, para qué decir. La violencia ecológica. La violencia contra los grupos que no piensan igual. La violencia provocada con deplorable intención, la falta de compromiso y comunión, de los que vemos mal esta situación...
¿Las causas? Pueden ser múltiples y muy variadas: Familiares, educativas, legislativas, de los medios –en TV es difícil encontrar alguna película sin excesiva violencia– sociales. Reflexionando sobre esta realidad, no es nuevo, aunque nunca tan terrible, pero ya lo “cantó” nuestro poeta, tiene como finalidad: “poderoso caballero es don dinero” que al final, con frecuencia sirve para tanto descontrol que está aniquilando el cuerpo humano con sus adicciones y esclavitudes.
Mas yo reduciría la causa a una sola: cuando un corazón humano se cierra, también se cierra su mente; cuando una sociedad se empeña en erradicar a dios, o admitirlo de forma mediocre, sufre las consecuencias, porque ya escribió Rabelais: “Ciencia sin conciencia, ruina del alma” y por lo tanto, de la humanidad. ¿Qué nos está sucediendo que abandonamos hasta nuestras raíces culturales?
¡Ciudadanos! ¿Seríamos capaces, siquiera por una vez, de prescindir de fanatismos, ideologías, creencias y caminar unidos/as por una causa común?: “Nunca más violencia entre nosotros”. ¡Otra historia sería la nuestra!, otras generaciones formarían una nueva sociedad y nosotros, más felices seríamos.
Gracias y ¡ánimo!
Conchita Díaz-Faes Camblor
Barredos, Laviana
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