Jubilación, ¡qué diferentes percepciones!
Nada en política dura para toda la vida, ciertamente. Desde 1919 la edad legal de jubilación en España está fijada en los 65 años. Y mira que ha habido gobiernos con diferente signo político, pero nadie la ha tocado.
Sí, llevamos algún tiempo contemplando cómo el actual sistema de pensiones viene siendo amenazado desde diversos frentes. Concretamente, en esta última semana parece cristalizar en el aumento de los años a cotizar, por lo cual la edad de jubilación se estudia retrasarla hasta los 67 años.
Lo que nunca he escuchado, y lo echo en falta, es una imprescindible y justa reforma del privilegiado sistema de pensiones de nuestros diputados, senadores, altos cargos... etcétera. Esta casta disfruta de un llamativo plan de jubilaciones que no se parece en nada al de los trabajadores de a pie. Sus señorías tienen derecho, entre otras prebendas, a disfrutar del total de la pensión máxima por haber cotizado solamente entre siete y once años.
Muchos somos los que pensamos que la política debería estar ejercida por verdaderos servidores públicos que pusieran sus conocimientos y trabajo al servicio del bien común y no al suyo propio o al de grandes intereses económicos.
En cuanto a jubilaciones anticipadas, consentidas por el Gobierno, son algunos empresarios los que provocan en ocasiones favorables a ellos el despido de personas en edad absolutamente laboral, rozando los 50 años, como fue el caso de hace un tiempo en la empresa minera Hunosa, y otros más recientes como Iberia, Telefónica y Televisión Española, entre otras. Los políticos por su parte no precisan prejubilaciones si no les interesa, ni tampoco hacen cola por el paro en el Inem. Con mucha previsión tratan de blindarse previamente.
Miembros del Gobierno han subrayado con cierta osadía que podrían no haber hecho nada y dejar pendientes los problemas con la Seguridad Social para los que vengan detrás. No, si encima habrá que darles las gracias por mantenernos más años a pie de obra. A muchos políticos en vez de retrasarles la edad de jubilación, habría que adelantársela. Y cuanto antes.
Si las medidas que actualmente se están debatiendo son necesarias, lo primero que honradamente debería legislar es la eliminación de sus privilegios y ponerse a la altura del resto de los ciudadanos, pero eso me temo que es pedir peras al olmo. Y, sin embargo, son ellos los que piden sacrificios sin dar ningún ejemplo. Pues, hoy, que todo el país está viviendo un delicado momento de crisis, paro y hasta de hambre en algunas familias, está claro que los valores dominantes no nos sacarán del agujero en que nos hemos metido. O nos han metido.
Pero, hagámonos oír, pues no debemos renunciar a que el rumbo de la historia se guíe por valores como el sacrificio, la entrega y el compromiso con y por los demás.
Y de permanecer estas vergonzantes desigualdades, con toda propiedad podremos decir en voz alta para que se oiga bien que los parias trabajarán más años para mantener las pensiones de nuestra privilegiada casta política.
José Antonio Gutiérrez González
Piedras Blancas
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