No al salario social y a la renta mínima
El salario social y la renta mínima lo único que fomentan es que se rechacen ofertas de trabajo, participar en cursos de formación laboral y que no se busque empleo. ¿Para qué van a aceptar un trabajo, teniendo que madrugar, gastar en desplazamiento, cuando reciben un salario social sin hacer nada a cambio, ni madrugar, ni gastar en desplazamiento, y con el añadido del gratis total –vivienda, electricidad, alimentos, ropa, medicamentos, etcétera–? A lo que hay que añadir los doscientos euros que reciben por cada hijo, los cuales serán futuros parásitos y delincuentes, tal como se comprueba en los colectivos que viven de ayudas públicas y que las redondean con el robo y tráfico de drogas. El salario social hunde Europa. Y las ideologías que 10 propugnan son las mismas que han hundido en la miseria Europa Oriental, Cuba y Venezuela; esos enemigos de los trabajadores quieren que mantengamos parasitariamente a los vagos. Si se exigiese a los perceptores del salario social que a cambio hagan algo –formación, trabajos por la comunidad– no demandarían salarios sociales, se erradicaría la economía sumergida –en la que están inmersos buena parte de los perceptores del salario social– y se generaría empleo. No hay que imponer el salario social y la renta mínima, lo que hay que hacer es erradicar la economía sumergida y el fraude laboral; si desaparecen, apenas habría paro, el Estado no gastaría en subsidios y recaudaría más con las cotizaciones.
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