En el río no sobra nadie
Aconsejados por personas que practican la «pesca sin muerte», las normativas de pesca del 2010 están encaminadas a echar del río a los pescadores de cebo, ribereños, autóctonos o foráneos aborregando en el Sella a dichos pescadores en unas confinadas zonas, dejando la ribera prácticamente a merced y beneficio de los deportistas de «captura y suelta». Aparte de esto, la normativa de 2010 es ilegal por estar sacada fuera del plazo correspondiente por lo que se debería ampliar la veda absoluta al menos por un año en beneficio del futuro del salmón.
El objetivo de la Consejería es llenar las arcas a base de licencias y cotos de pesca. Empezaron con la prohibición de la comercialización de la trucha, después del salmón, consiguieron la regresión de estas especies al aumentar el número de furtivos, cerraron los centros de precintaje habituales para suprimir la cultura ribereña y lo próximo será erradicar una costumbre ancestral como es el campanu, ¡lo siguiente las gaitas! Todo esto en detrimento de la economía asturiana.
Los puristas de la «pesca sin muerte» aparte de insultar a los pescadores del Sella y de otros ríos con descalificaciones como «cavernícolas predadores, trogloditas» y otra sarta de insultos acusan a los ribereños de que van a llenar el río de pancartas y aluden que las normativas podrían haber sido más limitadas. Los ribereños del Sella están en su derecho como pescadores y ciudadanos que los ampara la ley a este tipo de reivindicaciones como respuesta o consecuencia de que los están echando del río y este «pataleo pacífico» es para que todos los ríos de Asturias no se conviertan en «cotos sin muerte» y sólo puedan pescar los que tengan más dinero. Por eso esta normativa es amoral y anticonstitucional ¡Y una provocación en toda regla!, como la ubicación de sendos «cotos sin muerte» en las puertas de sus casas en el Sella a dos leyendas de salmón como son Antón Caldevilla «el cuatro», presidente electo del Esmerillón, y a Kiko Molinero (padre).
A nosotros, los pescadores de cebo en general no nos sobra nadie en el río, las normativas de 2009 así lo reflejaban, dejando cabida a todo tipo de pescadores y técnicas a utilizar, en igualdad de oportunidades. Hay que recuperar el bosque ribera, evitar la extracción de áridos de fondo del río, reglar las piraguas, control de cormoranes, eliminación de obstáculos que impiden el remonte del salmón tales como minicentrales, presas, etcétera, pero todo esto quedará en saco roto si no se ataja de raíz el problema principal que es la sobrepesca en alta mar de toneladas y toneladas de salmón atlántico.
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