Alemania le da la espalda a España
El Gobierno alemán, en boca de su ministra de Justicia, nos ha demostrado que no siente ningún respeto por las leyes de España. Y nuestro Gobierno ha respondido que respeta las decisiones de la justicia germana. Consecuencia de ello es que el expresidente de Cataluña Carles Puigdemont ha quedado en libertad, pendiente de que el Tribunal que le retiró la acusación de rebelión ahora le quite la de malversación de dinero público. Según dicha Ministra, esta acusación se mantendrá si la justicia española presenta pruebas contundentes que demuestren que hubo delito. El delito de rebelión también lo había, pero los jueces teutones se lo pasaron por el arco de triunfo. Pero todo esto no me extraña que haya sucedido, viendo cómo está la justicia en nuestro país, que funciona a paso de tortuga, sobre todo con la corrupción. Cualquier aprendiz de abogado marea a un juez y lo vuelve loco con pruebas absurdas y dando largas a los procesos hasta conseguir que prescriban. No hace falta enumerar aquí los casos que están en los tribunales y que no se sabe cuándo se dictará sentencia. Por este motivo resulta ridículo criticar a la justicia de Alemania cuando en España hay casos verdaderamente vergonzosos, con los imputados en la calle y que algunos o la mayoría no ingresen en prisión. Siendo España el país más corrupto de Europa, ¡cómo nos van a atender cuando solicitamos la captura de delincuentes de la talla de los huidos catalanes, no sólo Puigdemont sino los exconsejeras Marta Rovira y Anna Gabriel!
Con la resolución de la justicia de Alemania con el caso Puigdemont sobre la mesa, no me extrañaría nada que el día de mañana si los independentistas catalanes declaran la república de Cataluña, lo más probable es que Alemania los apoye para su ingreso en la Unión Europea. Acaban de recibir el primer espaldarazo de la primera potencia de Europa occidental, que al mismo tiempo ha sido una puñalada a España.
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